Archivos del Vaticano: la difícil relación de Pío XII con el nazismo

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El papa Pío XII, que tuvo que lidiar con el fanatismo de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, es quizá una de las figuras más polémicas de la Iglesia católica por su supuesta indiferencia por el sufrimiento de miles de judíos.
Sin embargo, la decisión del papa Francisco de abrir los archivos secretos del pontificado de Pío (1939-58), el 2 de marzo de 2020, ha vuelto a sacar a la luz la difícil relación que mantuvo el catolicismo con el dictador nazi.
Nacido en una familia aristocrática el 2 de marzo de 1876 en Roma, Castel Gandolfo, el futuro papa creció bajo el nombre de Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli.
Cuando era niño quería ser abogado, pero a los 18 años anunció sus intenciones de ingresar al seminario de Capranica para prepararse en el sacerdocio.
Pacelli fue elegido el papa número 260 el 2 de marzo de 1939, y el 19 de diciembre de 2009, el pontífice Benedicto XVI lo declaró «venerable» junto a Juan Pablo II.
Antes de ser consagrado pontífice fue nuncio en Alemania, donde participó de la redacción de la carta encíclica de Pío XI, titulada «Mit brennender Sorge» («Con viva preocupación»), a los obispos alemanes, del 14 de marzo de 1937.
Este documento, redactado en su mayoría por Pacelli, significó una dura advertencia al gobierno nazi de que estaba dando los primeros pasos hacia el totalitarismo.
El 21 de marzo de 1937 -Domingo de Ramos-, la encíclica fue leída en todas las iglesias alemanas causando la ira de los nazis, ya que Pacelli comparó a Hitler con el «diablo» y manifestó sus temores de que los nazis lanzaran una guerra de exterminio, según informes de prensa.
Según distintos historiadores, Pacelli no quería un choque frontal con la Alemania nazi que llevara a la ruptura de relaciones diplomáticas.
El nuncio debía redactar una protocolaria salutación al gobierno de Berlín, pero la forma fría que eligió tuvo que ver con las diferencias que existían en aquellos días entre la Iglesia católica con el nazismo.
La carta se conserva en su integridad estenografiada en las actas y documentos desclasificados del Vaticano sobre la Segunda Guerra Mundial.
Según algunos de sus biógrafos, Pío XII comentó en aquellos días: «Nos arriesgaremos a un nuevo intento [de mejorar las relaciones]. Pero si quieren pelea, no nos asustaremos, y el mundo entero verá que hemos tratado por todos los medios de vivir en paz con Alemania».
Cuando algunos cardenales le preguntaban en 1939 cómo es que recibía aún al embajador alemán, el Papa señalaba que romper relaciones con los nazis no serviría de nada.
Según Efraim Zuroff, director del Centro Simón Wiesenthal de la oficina de Israel y coordinador de Europa del Este, la decisión del papa Francisco de abrir los archivos del pontificado de Pío XII fue bien recibida por instituciones y organizaciones judías.
Zuroff, especialista en investigar crímenes de guerra, dijo que hay cuatro preguntas que serán determinantes sobre Pío XII, para saber si será declarado finalmente santo luego de la apertura de los archivos secretos.
En un artículo publicado en el diario The Jerusalem Post, se pregunta qué información tenía el Papa con respecto a la persecución y asesinato de los judíos en Europa y cuándo llegó esa información a Roma.
También se pregunta cuál fue la responsabilidad del Papa respecto a la «solución final» sobre los judíos, asumiendo que el Pontífice «fue informado con detalles confiables».
Por último, se interroga sobre cuál era el alcance real de la asistencia de Pío XII a los judíos para saber si los documentos que se van a revelar arrojaran información nueva y desconocida.
Sin embargo, hay otros que dudan de Pío XII, como el dramaturgo alemán Rolf Hochhuth, cuyo drama «El vicario» insinúa que fue impasible al exterminio de los judíos.

EL Tribuno

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