Hondo pesar por la muerte de Saida Giménez, directora de la Escuela 446 Doctor Carlos Coronel

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La comunidad educativa de la Escuela 446 «Doctor Carlos Coronel» de la ciudad de La Banda, se encuentra conmocionada por el fallecimiento de su directora profesora Saida Giménez.

Su deceso se produjo en la noche del domingo, tras una larga lucha por un problema de salud el cual se vio agravado por su diabetes.

La noticia generó un profundo dolor, no sólo en la parte educativa, sino también en todos sus vecinos.

Giménez, hasta el domingo, se encontraba de licencia médica pero no por eso dejó de acompañar a sus compañeros en la lucha que habían encarado los maestros para que el Gobierno de la Provincia pase las cifras en negro al básico.

A continuación se transcribirá una carta que la profesora Saida Giménez le escribe al supervisor Miguel Guzmán:

Mis respeto y admiración al Supervisor Miguel Guzman.

Soy Saida Giménez, directora de la Escuela N° 446, actualmente con problemas serios de salud (licencia medica) por los momentos vividos dentro del establecimiento «el apriete y amenaza de sumario si no entregaba la nómina de los maestros de la escuela.

Con esta situación, se faltó el respeto a una institución, una Escuela de 88 años de prestigio y servicio a la comunidad de la ciudad de La Banda, al personal de la escuela y a mi persona, que tengo 26 años de servicio.

Este apriete y amenazas las hizo el Vocal del Consejo General de Educación Prof. Leonardo Camal, que se presentó en una camioneta oficial y hasta tiene chofer personal- Que injusta es la política educativa que llevan adelante las autoridades nosotros tenemos solo 2 canillas para que tomen agua 500 alumnos por turno en recreos de 5 minutos.

También les pregunté, a otras autoridades que también fueron a la escuela, si venían trayendo los 25 aires acondicionados, anunciados en la inauguración de la escuela o que ya pondrían el transformador de mayor capacidad que necesita la escuela.

Pero nada respondieron. El objetivo era otro. Como puede pasar todo esto. Mi cuerpo cayó, aún me cuesta caminar, perdí el conocimiento y tengo una tristeza enorme en mi alma.

Luché mucho para que mis niños tengan lo mejor como establece la ley. Mil disculpas a mis colegas, no estoy bien ya no tengo deseos de vivir. Con qué cara puedo enseñarles a mis alumnos lo que es vivir en democracia.

Lloro todos los días y a veces no puedo caminar. Los médicos me dicen que ya no puedo volver más a la escuela. Para qué vivir entonces, ellos eran mi vida, la alegría de la profesión que elegí.

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