A las 13.30 de ayer, Juan Ramón “Milanesa” Páez se entregó en Tribunales de la capital.
“Vengo a presentarme, pero yo no maté a Patricia. Yo la amaba. Estaba en Santiago cuando la asesinaron en La Banda”, habría afirmado a los instructores.
Anoche, el pastor evangélico Alejandro González Romero reveló que el domingo tomaron contacto con “Milanesa” en un templo del barrio Rivadavia, en la Capital.
“Llegó el domingo al culto. Yo no lo vi. Mi hermano se comprometió a que llegue. No lo conocíamos. Salí a saludarlo. Pidió comida y lo recibimos como cualquier persona que nos necesita”.
“No parecía peligroso”
Más adelante, el pastor ahondó: “El lunes a la noche ya sabíamos quién era. Tenía una gorra blanca puesta. Diferente a como salía en los medios. No demostraba nada de peligrosidad”, destacó.
Asumiéndose contenido, “Milanesa” relató que el 11 de febrero asesinó a un hombre en La Banda.
También contó que el 1 de mayo huyó del Hospital Diego Alcorta.
“El lunes a la noche nos contactamos con un abogado que hizo lo propio con la Justicia”, profundizó el pastor.
“Hoy (por ayer) vino a las 7.45 al templo. Estaba cansado. Nos dijo que se entregaría, pero que sentía temor por su integridad”.
Niñez y horror
Según el pastor, “el hombre nos contó que tuvo una niñez muy triste. Que fue violado por su padre. Por lo visto, le pasaron cosas malísimas y fuertes”.
Fue más allá. “De Patricia González nos dijo que era la única persona que lo contenía y visitaba en el Diego Alcorta”.
También Páez manifestó a los evangélicos que la joven asesinada “era la única mujer que amó. La única que se preocupaba. Para él, no le entra en la cabeza que haya muerto”, subrayó el pastor.
“No la maté”
Ayer a las 13, una comisión policial pasó por el templo y se llevó detenido a Páez.
Se sabe que habló con algunos integrantes de la Brigada de Investigaciones de La Banda.
“Yo no la maté. Yo estaba en Santiago cuando pasó todo”, habría señalado.
A las 13.30 fue ingresado en los Tribunales.
El primero que lo recibió fue un forense, quien determinó que se encontraba abatido, quebrado emocionamente, pero en buen estado de salud física en general.
Hasta allí se trasladaron las fiscales de la causa, quienes resolvieron alojarlo en la Colonia Pinto.
A las 14.26, tres camionetas partieron de la Alcaidía de Tribunales, rumbo a dicha cárcel. Ahora, la Justicia debe determinar el tipo de imputación por enrostrarle.
Anoche “Milanesa” durmió en un sector de máxima seguridad, vigilado y lejos del acceso a la entrada principal.
Fuente: El Liberal