La Martineta Copetona es uno de los más elegantes representantes de la avifauna de nuestra región. Posee una figura esbelta y muy elegante al caminar (de allí el nombre de su especie: “elegans”).
Como si esto no fuera suficiente, su cabeza moteada de negro y café amarillento está adornada con un largo y fino copete rebatido hacia adelante en las puntas. Luego, para darle un toque sutil final, una banda blanca con centro negro recorre desde el ojo hacia el cuello. (¿Vos podrías haberlo hecho mejor?)
Su cuerpo está cubierto de un plumaje que muestra el fenómeno de adaptación al medio como defensa por mimetización.
Esto quiere decir: sus plumas poseen el color y manchas que forman complejos y estéticos reticulados que se combinan fácilmente con el medio en donde viven, para poder confundirse con el paisaje y evitar ser vistas por sus predadores.
El pico es robusto y algo curvado hacia abajo.
Posee tres dedos en sus patas y su especialidad es caminar. Sólo vuela cuando la situación es extremadamente peligrosa y no le queda otra alternativa que la fuga veloz.
La Martineta Copetona habita en las sabanas, pastizales, estepas arbustivas y patagónicas además de las áreas rurales.
Se ha adaptado a los diferentes ambientes, desde los pastizales artificiales hasta aquellos en donde la vegetación es xerófila y de baja humedad.
En todos los recorridos que hagas por nuestra Patagonia, seguramente vas a tener avistajes de Martinetas Copetonas a la orilla de las rutas observando tu acercamiento; mientras caminan lentamente hacia la protección de la vegetación por cualquier eventualidad.
Las vas a ver en la mayoría de las veces en grupitos de tres a doce individuos.