La comunidad católica de la Capilla Santa Rita (perteneciente a la parroquia Cristo Rey) se encuentra conmocionada por el robo perpetrado en el lugar. El hecho sucedió durante la madrugada de este miércoles, indicaron los servidores.
En diálogo con LA BANDA DIARIO Ramona de Trullenque comentó, «personas desconocidas violentaron una ventana e ingresaron al interior de la casona donde guardamos los elementos que usamos para la misa y guardamos otros bienes».
Seguidamente puntualizó, «los ladrones recorrieron cada una de las dependencias, revolvieron todo y se llevaron numerosos elementos que tienen un importante valor económico».
Los caco se llevaron, «todo el equipo de audio como ser consola, micrófonos. También sacaron ropa del sacerdote, radio grabador, elementos propios de la sacristía, de la liturgia. Nos llevaron las cosas que teníamos en la santería. Hasta las herramientas de los albañiles que están trabajando en la construcción de baños, se robaron».
Agregó, «las griferías que estaban destinadas a los nuevos sanitarios fueron robados. Muchas cosas que tienen su valor económico».
«Los elementos que no pudieron llevarse fueron destrozados, y lo desparramaron por el suelo», indicó Trullenque.
Otros servidores comentaron, «los malvivientes tuvieron tiempo de recorrer las dependencias de la casona. Los ladrones ingresaron por una ventana y salieron por la puerta de la cocina. Pensamos que los elementos fueron transportados en una carretilla; rompieron una parte de la tela metálica y cargaron los bienes en un carro tirado por un caballo, cuyas huellas están visibles».
«Además, dejaron debajo de un árbol dos bafles porque no lo pudieron sacar. Es lamentable lo que nos ha pasado», acotaron los servidores.
Trullenque recordó que el domingo pasado, «un grupo de vecinos frustró el robo de dos bafles, los cuales eran llevados por una persona. Por suerte los vecinos lo atraparon».
«Pero ahora, el daño fue muy grande. Estos elementos robados nos costó 20 años adquirirlos, lo compramos con mucho sacrificio y nos causa un gran dolor», culminó la servidora.
