A pesar la intensificación de los operativos de decomiso de mercadería llevados a cabo durante las últimas semanas, el negocio de la venta ilegal sigue en alza.
Según el último informe de la Confederación Argentina de Mediana Empresa (CAME), la facturación correspondiente a julio de los vendedores callejeros tipo manteros y los feriantes de las llamadas “saladitas” fue de $7,2 millones por día, a un total de 217,3 millones en todo el mes.
De acuerdo con este último relevo, este abultado número representa el 40% de lo facturado por la totalidad de los shoppings en la ciudad de Buenos Aires, que según datos del CAME, fue un total de 557,4 millones.
Otro dato significativo es que la propia ciudad ya cuenta con casi el doble de ferias estilo «saladitas» (denominados en alusión a “La Salada”, la feria ilegal más grande América Latina, que se encuentra en Lomas de Zamora) que shoppings tradicionales.
Los barrios más afectados por esta modalidad ilegal de venta –que, a diferencias de lo que sucede con los locales comerciales, no emite factura o paga tributos– son Liniers, con un total de 19% de los puestos, seguido por el partido de Avellaneda con el 18% y en tercer lugar la zona de Once.