En declaraciones a Radio 4 de la BBC, William Hague descartó una intervención militar internacional contra el régimen sirio, pero defendió la necesidad de incrementar la presión sobre Al Asad imponiendo «sanciones adicionales».
El ministro británico de Asuntos Exteriores instó a la ONU a condenar la violencia en Siria, luego que el régimen del líder sirio matara ayer a al menos 120 personas en un intento de reprimir las manifestaciones antigubernamentales.
«Queremos ver una mayor presión internacional, y para que ésta sea efectiva no puede estar ejercida únicamente por las naciones occidentales, sino que tienen que estar incluidos los países árabes. Turquía ha sido muy activa tratando de persuadir a Al Asad de que debe acometer reformas, en lugar de ordenar estas acciones espantosas», señaló Hague.
El ministro de Exteriores británico subrayó que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe acordar una resolución que «condene la violencia» en Siria, «reclame la liberación de los presos políticos» y haga un llamamiento para que las «reclamaciones legítimas obtengan una respuesta».
Hague siguió una línea similar a lo expresado ayer por el Gobierno francés, que reclamó al Consejo de Seguridad de la ONU que se pronuncie «fuerte y claramente» sobre la «continuación de la represión en Siria».
El ministro británico admitió que obtener una resolución de esas características será «algo difícil» debido a que «hay naciones que se oponen a cualquier resolución, o al menos se han opuesto en las últimas semanas», señaló.
«Es una situación muy frustrante. Nuestros recursos son limitados», se lamentó Hague, que añadió que «se volverá a tratar el tema en las próximas horas o días».