La presidenta Cristina Fernández de Kirchner arribó a La Habana para presenciar la misa que celebrará el domingo el papa Francisco, en lo que será el séptimo encuentro entre ambos líderes, quienes mantienen una relación marcada por la «calidez» y similares puntos de vista sobre temas de relevancia nacional e internacional.
Cristina partió el viernes a la noche a las 23.33 a bordo del Tango 01, llegó a las 9 (10 hora de Argentina), y se dirigió hacia el Hotel Nacional de esta Capital, en donde se alojará durante los dos días que tiene previsto permanecer en la isla.
Allí, la presidenta mantuvo un breve diálogo con la prensa en el que hizo énfasis en «lo maravilloso que está viviendo hoy Cuba», ya que «esta llegada del Papa de hoy y la misa de mañana en la Plaza de la Revolución es un verdadero símbolo».
Además, destacó el «afecto y el cariño por el pubelo de Cuba, por su historia, su valerosa lucha, sus logros, sus conquistas y, por qué no, sus victorias», luego de la cálida bienvenida que le dieron los empleados del hotel y huéspedes.
Desde que inició su pontificado, Francisco recibió a la Presidenta cuatro veces en audiencia privada, y se encontraron dos veces más en ocasión de diversas giras del Sumo Pontífice en Latinoamérica.
Desde Malvinas hasta los fondos buitre y el rol de la juventud, los mandatarios abordaron -durante sus encuentros- distintos temas de importancia nacional y también de relevancia internacional, con un «lenguaje común», según definió Cristina en ocasión de conversar con Francisco sobre la actualidad latinoamericana.
El 17 de marzo de 2013, apenas unos días después de ser electo Papa durante el Cónclave en el que se definió al sucesor de Pedro, tras la renuncia de Benedicto XVI, Cristina compartió un almuerzo con Jorge Bergoglio en el Vaticano, en lo que fue la primera audiencia otorgada por el Sumo Pontífice a un jefe de Estado.
Fue la propia Presidenta quien dio detalles del almuerzo ante la prensa, cuando destacó la «calidez» del encuentro y detalló los distintos temas abordados como la soberanía sobre las Islas Malvinas, la trata de personas y la necesidad de apostar por la Patria Grande en América Latina.
El 28 de julio de 2013, Cristina viajó a Brasil para presenciar, junto a varios jefes de Estados de la región, la misa que ofreció el Papa Francisco en Río de Janeiro, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, y en un breve encuentro que mantuvieron, el Papa le obsequió regalos para su nieto Néstor Iván, quien había nacido unos días antes.
La segunda audiencia privada y tercer encuentro que sostuvieron se produjo el 17 de marzo de 2014 en el Vaticano, donde compartieron un almuerzo que duró cerca de tres horas y al que Cristina definió como «muy cálido y especial».
Tras el encuentro, la Presidenta brindó detalles de lo conversado con el Sumo Pontífice durante una conferencia de prensa en la que coincidió con las ideas de Francisco a favor de la justicia social y en rechazo a la economía «de la exclusión y la inequidad», la «economía que mata».
La mandataria argentina se refirió a la inquietud del Papa por la situación de los jóvenes en todo el mundo en relación al trabajo, que calificó como «un tema que lo preocupa y lo desvela»; y consideró, respecto de la actualidad latinoamericana, que con Francisco tienen «un lenguaje común», y que le recomendó «la necesidad de que la región de América del Sur esté unida».
El 20 de septiembre de ese mismo año, la Presidenta viajó nuevamente al Vaticano con una multitudinaria comitiva argentina que integraron miembros del ejecutivo, diputados, senadores, intendentes y periodistas; y almorzó durante dos horas en audiencia privada con Francisco.
En ese entonces, abordaron diferentes temas, entre ellos la iniciativa argentina aprobada en la ONU para generar un marco que regule las reestructuraciones de deuda soberana, sobre la cual el Papa «se mostró muy contento», según aseguró Cristina; marco que días atrás fue aprobado por amplia mayoría.
Cristina se reunió este año en dos ocasiones con Francisco: la primera, en audiencia privada en el Vaticano el 7 de junio, en un encuentro que duró casi dos horas y sobre el que la mandataria remarcó que «fue una reunión muy cálida, muy cordial. Estuvimos charlando sobre los problemas del mundo y de la región», sostuvo.
«Yo creo en un mundo multipolar, él también lo cree. Nos preocupa un mundo sacudido por fanatismos, que podemos decir que esto en Argentina, afortunadamente, no sucede», precisó.
El 12 de julio, apenas días después de la cuarta audiencia privada entre los mandatarios, Cristina viajó a Paraguay a presenciar la misa que celebró Francisco en el marco de su gira por tres estados de Latinoamérica que incluyó a este país vecino junto a Bolivia y Ecuador.
Télam