Día mundial de la Diabetes: de qué se trata la «nueva Diabetes»

0
938

diabetesCada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad que, se estima, padecerán 370 millones de personas en 2030 y que representa una de las diez principales causas de muerte en el mundo.

La American Diabetes Association clasifica a la enfermedad en dos tipos: la diabetes tipo 1 o infanto juvenil, que es una enfermedad autoinmune en la que el páncreas deja de funcionar y la tipo 2, que es consecuencia de la obesidad, y se produce por agotamiento del páncreas, luego de muchos años de exigirle que trabaje en exceso produciendo cargas altas de insulina para un cuerpo que cada vez pesa más. Por otra parte, la diabetes gestacional es la que se diagnostica durante el embarazo.

Ocurre que ahora, cada vez más especialistas insisten en denominar a la demencia presenil o enfermedad de Alzheimer como diabetes tipo 3. Tal es así que el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes, celebrado en Sevilla, consideró al Alzheimer como un nuevo tipo de diabetes, bautizándolo diabetes tipo 3. ¿La causa? Según aseguró la médica endocrinóloga María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70.787) «la diabetes tipo 2 y el Alzheimer tienen mucho en común».

«Podemos agregar que los alimentos diseñados por la industria generan la obesidad y por ende diabetes tipo 2. Además, los mecanismos íntimos de inflamación que ocurren en el cuerpo en ese tipo de diabetes son similares a los mecanismos cerebrales del Alzheimer», explicó la especialista.

Rodríguez Zía detalló que «hace años se pensaba que el Alzheimer era una enfermedad genética, por una sustancia que se acumulaba en el cerebro llamada Apolipoproteína E4 (ApoE4). Esta sustancia se produce normalmente en el hígado, el riñón y las células del sistema nervioso central (SNC) y la relación de la ApoE4 con la enfermedad de Alzheimer está en el orden del 45 al 60%. Pero el 40 al 55% es negativo, y por eso se busca otra causa que la produzca».

Tras asegurar que «es sabido que el paciente diabético es un comedor habitual de hidratos de carbono de absorción rápida», la especialista destacó que «con la industrialización de los alimentos, el trigo transgénico tiene mayor proporción de gluten que el trigo natural».

«Así, las moléculas como LDL, glucosa y gluten, en estado de oxidación, van produciendo un verdadero ‘pegamento’ que genera reacciones inflamatorias, tanto en el tubo digestivo que se altera, aumentando su permeabilidad, y también lesiona las neuronas en forma de placas, conocidas como placas de amiloide, que conllevan a la demencia», describió Rodríguez Zía.

Respecto de esto, explicó que «la sustancia amiloide se compone de proteínas alteradas que tienen una estructura química extraña. Son proteínas que atraviesan las membranas y forman placas entre las neuronas. Se está investigando que su origen se deba a la interacción entre la glucosa y el gluten oxidados de la sangre, y las proteínas de las membranas que se altera por ellos».

Recientes investigaciones revelaron que en la población que se alimenta con menos de 60 gramos por día de hidratos de carbono, el cerebro crece con mayor salud, consumiendo su energía desde las grasas buenas, a favor del Omegas 3 y 9, que se encuentran en pescado (salmón, trucha, caballa, jurel), paltas, aceitunas, aceite de oliva, nueces, sésamo y almendras. Todos estos alimentos, asociados a la ingesta de antioxidantes por comer vegetales crudos, especialmente ricos en vitamina C, hacen que el cerebro se pueda defender de su propia oxidación.

El factor colesterol

En estudios post mortem hechos en personas que habían fallecido con enfermedad de Alzheimer, encontraron en su líquido cefalorraquídeo bajos niveles de colesterol y ácidos grasos. Es decir, que eran personas comedoras de hidratos de carbono. Así, se observó que cuando el colesterol está bajo, es más nocivo para el cerebro que cuando está alto. Además llamó la atención que tuvieran la ApoE4 negativa.

«El colesterol es un divino tesoro de nuestro cuerpo, porque de él salen nada menos que las conexiones entre las neuronas (sinapsis). Asimismo, a partir de él se sintetizan las hormonas sexuales. Sin colesterol no hay sexo, no hay ganas ni potencia sexual», aseguró Rodríguez Zía, quien destacó que «para el cerebro, el colesterol es esencial tanto como sus derivados, las hormonas sexuales. La primera hormona que sale del colesterol se llama Pregnenolona (madre de todas las hormonas sexuales y del cortisol), y ella es muy importante para el aprendizaje porque inicia y almacena la memoria, estimulando la reproducción de neuronas de esa área. De hecho, es muy buena darla en los procesos de deterioro cognitivo».

Por todo lo dicho, especialistas coinciden en que es malo tener el colesterol bajo, y se comprobó que en las poblaciones que comen pescado todos los días y agregan a su dieta aceite de oliva, nueces y lino, el riesgo del Alzheimer cae un 60%.

¿Más cintura, menos cerebro?

La aparición de la enfermedad de Alzheimer podría ser considerada una forma de diabetes, específica para el cerebro. Hay creciente evidencia de que el consumo de azúcar y alimentos procesados ​​pueden desencadenar lo que algunos expertos llaman «la diabetes tipo 3». Cuando llega la obesidad disminuye la corteza frontal cerebral y también la corteza temporal, que gobierna la toma de decisiones y la memoria.

«Esto condujo a tener una visión muy diferente en la indicación de la dieta de la población. Antes se decía que teníamos que consumir un 50% de hidratos de carbono y hoy se considera que una dieta saludable tiene que tener un 10% de hidratos de carbono, un 60% de grasas buenas y un 30% de proteínas», remarcó Rodríguez Zía, quien consideró que «esto hará que se baje de peso sin ‘rebotar’, porque mantiene controlada a la insulina y descansado al páncreas. Así no se llega a la diabetes tipo 2 y, por lo tanto, tampoco al Alzheimer o diabetes tipo 3».

Ya lo expresó el doctor David Perlmutter en su polémico libro Cerebro de pan, donde da cuenta que cuando el cerebro se expone por años a recibir desde la sangre altas cantidades de glucosa y gluten, se va oxidando y muriendo. También hace referencia que si esto se acompaña de carencia de colesterol, por el uso indebido de drogas que lo bajan artificialmente, es mucho peor para la memoria y acelera el deterioro cognitivo y la depresión.

Cuál es la mejor alimentación para el cerebro

«Los antioxidantes básicos para nuestro cerebro son la vitamina C y la vitamina E», sintetizó Rodríguez Zía, quien detalló: «El Omega 3, que favorece el crecimiento del cerebro de un bebé, de un feto y de un recién nacido, es importante que lo sigamos ingiriendo a lo largo de la vida para que produzca el crecimiento de las conexiones nerviosas, aunque ya estemos en la tercera edad».

Otro ingrediente muy importante para la mejor calidad de vida del cerebro es la vitamina D. «Hay estadísticas acerca de la falta de vitamina D en la población mundial, pero especialmente en la que no está expuesta al sol. Por eso es necesario tomar sol, por lo menos, unos 20 a 30 minutos por día», aconsejó la especialista.

Y finalizó con una recomendación para favorecer la desintoxicación neuronal: «Un ayuno de 24 horas que, por adaptación, se puede prolongar hasta 72 horas, se puede hacer cuatro veces al año, al inicio de cada estación. Este ayuno activa los genes de la longevidad, dando señales para que se acelere el metabolismo. Esto favorece la desintoxicación neuronal. Cuando se comienza a comer nuevamente, deberá ser sobre la base de grasas como pescados grasosos, palta, nueces, aceitunas, aceite de coco y no más de 60 gramos de hidratos, lo cual es sólo una fruta por día».

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here