Juliana de Enríquez de 77 años, participó de manera activa en estas elecciones a presidente de la Nación.
Si bien es cierto, muchas personas de esa siguen cumpliendo con su deber cívico; lo de Juliana llama la atención porque a pesar de sus tres operaciones de cadera no quiso estar ausente.
Acompañada de sus hijos, llegó a la escuela en su silla de ruedas y posteriormente -para ingresar al cuarto oscuro- se apoyó en su andador.
Luego, y con una amplia sonrisa, introdujo su sobre en la urna y se retiró con la tranquilidad de haber cumplido con una de las obligaciones más importantes que tienen los ciudadanos que es la de participar y elegir a quien guiará este país por los próximos cuatro años.