El árbitro iraní Alireza Faghani quedó en el centro del debate a partir del gol de Barcelona ante River en la final del Mundial de Clubes marcado por Lionel Messi a partir del control de la pelota con ayuda de su brazo derecho, infracción que el juez ignoró y que podría decidir el título en favor del club catalán.
Pero no fue la jugada más importante del partido la única en la que el equipo de Marcelo Gallardo se sintió perjudicado por la autoridad de 37 años designada por la FIFA.
A los 9 minutos Matías Kranevitter fue amonestado por una falta desde atrás a Lionel Messi, mientras que a los 41 Jordi Alba golpeó con su botín en la cara a Lucas Alario y no recibió sanción alguna. El lateral, que ya estaba amonestado por una fuerte patada a Carlos Sánchez, pudo haber recibido la segunda amarilla por la infracción sobre el delantero pero el iraní sólo cobró el foul.
Por último, en el minuto 75 Sergio Busquets protagonizó una violenta jugada contra Gabriel Mercado que tampoco mereció, en la consideración del árbitro, ni siquiera una tarjeta amarilla.
En la previa a la designación de Alireza Faghani, River había pedido al colombiano Wilmar Roldán para la final pero la FIFA no le concedió su deseo.