Nicolás Cabré siempre fue reacio a la prensa. Pero tiene su filosfía: lo que muchos le cuestionan -que arriba del escenario sea histriónico y abajo callado y tranquilo-, él lo resuelve en un segundo. «Yo no soy falso», argumenta. Pocas veces ha hablado tan abiertamente y en esta entrevista con Diario de Mariana respondió a cada una de las preguntas que le hicieron los panelistas. No hubo escape, sentado en el estudio de televisión no evadió ninguno de los temas que le preguntaron. A continuación, las mejores declaraciones del actor que llena cada función de El Quilombero, obra que protagoniza en el teatro Lola Membrives de la Ciudad de Buenos Aires.
La televisión
Exitoso como pocos, comenzó a los 11 años con una de los programas más populares de la historia de la TV,Son de Diez, y por eso lo recordó como algo diferente al presente: «Yo empecé con otra televisión. Antes los pasillos estaban llenos. No se hablaba de rating. Yo era chico y lo vivía todo como un juego».
Rápidamente le tocó hacer teatro con uno de los grandes actores argentinos. «Trabajar con Alfredo Alcón fue lo más maravilloso que me pasó y me va a pasar en mi carrera. Cuando lo vi me abrazó y me dijo: ‘Nico (para mí, que sepa mi nombre ya era increíble), no sabés lo contento que estoy de empezar a trabajar con vos’. Alfredo era un maestro sin colgarse el cartel de maestro», manifestó.
Luego vino Son Amores y Gasoleros, dos tiras que lo colocaron como uno de los actores más populares de la televisión. Y si bien siempre hizo teatro, él no encuentra diferencia: «A veces, cuando estaba más en el teatro, venían y te preguntaban para que le pegues a la televisión, y qué se yo, yo soy actor, ese es mi trabajo».
Su relación con el periodismo
«Yo soy sincero, no soy falso. Tengo mis valores, equivocados o no, tengo mis valores. Yo acá vengo a trabajar. No sé si es tan fácil conocerme acá. La gente a veces espera no sé qué cosa», explicó cuando empezaron a meterse en el tema de la fama y de su fría relación con la exposición. Luego, cuando Osvaldo Bazán le preguntó si no creía que a veces, desde su popularidad, salteaba las reglas que hay con el periodismo, arremetió: «¿Qué reglas?» «A veces dicen ‘te debés a tu público’. Yo no le debo nada a nadie», confesó y luego aseguró que en un momento se dio cuenta que la estaba pasando mal con el hostigamiento del periodismo.
«Voy a explicarlo mejor, cuando digo ‘yo no le debo nada a la gente’ me refiero a que una vez que me subo al escenario… sí, le debo todo a la gente. Porque con el momento que vive el país es muy complicado tomar la decisión de ir a pagar una entrada. A mí lo que me interesa es que cuando se vayan piensen: ‘Se mataron arriba del escenario y nos dieron todo'», dijo ahondando mejor en el tema.
Su relación con la fama
«Todo tiene una velocidad», dijo sobre la fama y recordó un momento: «Cuando murió mi viejo, al otro día me estaba tomando un avión porque no podía parar el rodaje de la película que estaba filmando». El nacimiento de su hija y la posterior muerte de su padre lo llevaron a distanciarse aún más de la prensa: «Hubo un momento en que decidí parar un poco».
«Me gusta mi profesión, lo disfruto, es un trabajo. A mí no me interesa verle el baño de la casa del actor que yo veo», dijo y agregó: «Vos sos conocido y le tenés que mostrar la cara de tu hija, esa es la parte que no compro (…)Yo creo que no hay respeto hacia el otro. Si te digo que no me siento cómodo para hablar, no me siento cómodo. Si me piden un móvil y me tengo que hacer el gracioso, yo no sirvo».
Depredador con las mujeres
Cuando le preguntaron sobre su mote de «depredador» ya que estuvo en pareja con las muejres más bellas del país -Marcela Kloosterboer, Celeste Cid, Agustina Cherri, Florencia Torrente, Soledad Fandiño y Eugenia Tobal, entre otros noviazgos- contestó humilde: «Debe haber toda una fantasía inexistente»
Luego se refirió a que el rebote y el juego entre lo que se dice y lo que no se dice va ganando terreno. Él no encuentra una cualidad que lo vuelva irresistible para muchas muejres, o al menos prefiere no contarla: «Se ha generado un mito. He tenido suerte, también la televisión me ayudó. También te inflan el globo y se hacen las cosas más espectaculares de lo que son».
«La China» Suárez y su hija Rufina
«Yo soy de estar callado. Yo soy muy familiero, recurro mucho a mis amigos. Y me pasan las cosas que le pasan a cualquiera: la vida te golpea, te saca cosas, te va dando otras», se describió pero luego explicó que desde que nació Rufina, la niña de dos años y medio que tuvo con su ex pareja «La China» Suárez, todo tomó cambió: «La paternidad también tuvo mucho que ver. Yo estoy muy orgulloso de las cosas que hice y las cosas que me pasaron. Yo no reniego».
«Yo disfruto mucho, soy el hombre más feliz del mundo con ella. Yo descubro sentimientos que realmente no había vivido nunca. Voy aprendiendo a ser padre. Rufina es una reina, pide por favor, te dice gracias. Es una señorita, me sorprende lo que es. Es una nena feliz», dijo y comentó en qué se parecen: «A veces le querés sacar una foto y te dice ‘foto no, foto no'». Además, contó que con la madre de su hija se lleva muy bien: «De la separación, una de las cosas que puedo rescatar, más allá de la buena relación que tenemos, es que yo no hubiese tenido la relación que tengo con Rufi si yo estuviese con «La China». La nuestra no fue una separación conflictiva. Siempre nuestra prioridad estuvo puesta en Rufina. Si hay algo que tuvimos claro es que ni bien nació Rufi dejamos de ser protagonistas de nuestras vidas».
Problemas con otros actores
«Yo soy muy sincero. Si te molesta la respuesta, no preguntés», dijo y se pintó de cuerpo entero. «No creo que le tenga que caer bien a todo el mundo; de hecho a mí no me cae bien todo el mundo. Hay una cosa que parece que todos los actores somos compañeros y solidarios… Esto es un trabajo, yo no pretendo hacer amigos. De hecho no tengo amigos actores», arremetió con honestidad brutal.
«Yo no tengo grandes problemas con nadie. Yo puedo estar disconforme o no con cómo se comunican las cosas, y de repente se hace todo muy vedetonga. Seguramente después lo que hablan mal de mí, me cruzan y me dan un abrazo», dijo cuando le preguntaron por la vez que Arnaldo André dijo jamás volvería a trabajar con él.
Rating y mediciones
«Ni siquiera pregunto cuánta gente hay. Mi preocupación es que la gente se vaya contenta. No me importó ni siquiera cuando hacíamos programas que nos iba muy bien. A mí no me interesa el rating. Lo que está funcionando además de los afiches y las publicidades es el boca a boca», explicó sobre su obra El Quilomberoque está tercera en ventas.
Y para realzar la poca importancia que le da a las mediciones, agregó: «Ediciones Walsh fue uno de los programas que más disfruté. ¿Y cuántos puntos hizo de rating? No creo ser mejor actor cuando hago mucho rating. Generalmente el país, la situación, la gente van variando».