Furriel se recupera del ACV y se prepara para el estreno de «100 años de perdón»

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Foto: Telam

«Estoy muy ansioso después del ACV (accidente cerebro vascular que sufrió en octubre de 2015 al regresar al país del exterior) cuando mi sensación es que quizás todavía no estoy preparado para eventos como este. Necesitaba estar más conmigo en soledad, porque este tipo de eventos te generan muchos estímulos a la vez», afirmó el actor en relación a las emociones cruzadas que le produce el próximo estreno de «100 años de perdón».

En una entrevista con Télam, el actor de «El patrón, anatomía de un crimen», «Verano maldito» y «Un paraíso para los malditos» sostuvo que «es muy linda la sensación de volver a moverse en el contexto de un importante estreno cinematográfico», aunque aseguró que su ACV fue «un mensaje» que tomó muy seriamente y dijo: «Ahora siento que tengo que respetarme más e ir mucho más a mi ritmo».

Acompañado de sus colegas argentinos Rodrigo de la Serna y Luciano Cáceres, y del español Luis Tosar, en «100 años de perdón» Furriel encarna a uno de los integrantes de una banda de ladrones que una mañana lluviosa irrumpen -armados hasta los dientes, enmascarados y dotados de cinturones explosivos- en un banco de Valencia, España, para cometer lo que a primera vista parece ser un simple robo.

Producida por 20th Century Fox, Kramer & Sigman y Telefé, la película dirigida por el español Daniel Calparsoro se encarga de mostrar cómo lo que parecía sencillo se va volviendo cada vez más complicado y peligroso, pero además -y sobre todo- desliza la posibilidad de que el robo esté dirigido a desentrañar una complicada maraña de corrupción con políticos, funcionarios y policías implicados.

«Se tocan temas muy sensibles y lamentablemente con mucha actualidad», sostuvo Furriel en relación al trasfondo social y político que esconde este thriller policial, en el que quedan al descubierto los males del capitalismo y la especulación financiera, que -como en el caso de España en los últimos años- condujeron a ajustes fiscales y crisis económica que golpearon a los habitantes de menos recursos.

Para el actor, en ese sentido «hay algo de lo que vivimos en el 2001 en Argentina. Tanto acá como en España lamentablemente estamos en un grado de sintonía en la relación entre los bancos y sus clientes. La película te presenta al banco en esa circunstancia y a partir de ahí se revela la trama secreta y se produce un efecto cascada en el que van aflorando los chanchullos de la élite política y financiera».

«Me gustó mucho la película, ver lo que armamos y lo que ocurrió entre nosotros. Un poco lo que nos pasa hoy es parecido al vínculo que tuvimos en el rodaje. Entendimos que el guión funcionaba si entendíamos el papel que cada uno debía tener», afirmó Furriel en relación al trabajo actoral con De la Serna y Cáceres, a quienes considera «muy buenos compañeros, parte de una relación que ha transcendido lo profesional».

«Se precisaba un vínculo que nosotros ya lo teníamos desde hace tiempo. Los respeto mucho y tuvimos mucha química, incluso con Tosar y los demás actores», agregó Furriel, quien definió a su personaje como «un quedado, un pato criollo, el que está siempre un paso más atrás de los demás. Incluso, cuando el robo se empieza a complicar, él es el que menos creatividad y luces tiene para colaborar».

«Cuando Calparsoro me ofreció el papel sentí que tenía que hacer algo diferente. Sentí que el Loco tenía que tener una definición expresiva clara. Y para eso me propuse encontrar un color más intenso, pero que no cansara. Para mí, el gran beneficio de un rol importante pero no protagónico como este es la libertad que tenés para ponerle un poco más de condimento a tu interpretación».

Furriel recordó que una de sus referencias fue un programa de TV donde un periodista entrevistaba a unos jóvenes adictos al paco: «Me pareció muy grotesca y cómica la situación. Ellos estaban predispuestos a figurar pero en un ambiente muy espeso y peligroso. Ahí se abrió un imaginario. Algo en la manera de hablar en el personaje que le da un paisaje muy particular, una mezcla entre ingenuidad, inseguridad y locura».

«Mi personaje es como un niño, un mono con navaja. Es un barrilete al que le dan una oportunidad, pero así pasa lo que pasa. Él se inventa su propia realidad. Inclusive cuando está equivocado. No quiere perder nunca. Es una bola de tiempo, porque cuanto más complejo se va poniendo todo él es el que la caga permanentemente».

El actor se prepara ahora para el rodaje de «El faro de las orcas», que filmará junto a la española Maribel Verdú en Chubut, Madrid y la isla de Gran Canaria, sobre la vida de Beto Bubas, un guardafauna que pasó años en soledad y aislamiento observando y entablando un estrecho vínculo con las orcas que se acercan a la Península de Valdés.

«Es una película humanista, basada en hechos reales, que me emocionó y me parece muy estimulante», aseguró Furriel y agregó que «su mensaje es que debemos entender que somos parte de la naturaleza, que debemos convivir y tenemos mucho que aprender de ella. Uno como ser humano tiene que entender que debe cambiar la manera de relacionarse con la vegetación y los animales».

Fuente: Telam

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