Tras su maratónica declaración indagatoria del viernes pasado ante el juez Sebastián Casanello, Leonardo Fariña pasa sus días en el Complejo Penitenciario Federal I, ubicado en Ezeiza, provincia de Buenos Aires.
Fariña, sindicado como «valijero» del empresario Lázaro Báez, le pidió a Casanello –y éste lo aprobó– ingresar al programa nacional de protección a testigos e imputados. Ahora, y para poder hacer cumplimiento de lo estipulado por dicha ley, la 25.764, Fariña fue trasladado a una celda más grande.
El ex marido de Karina Jelinek debe estar 23 horas por día dentro de la celda y las autoridades judiciales y penitenciarias determinaron que la actual era muy chica. El régimen de custodia contempla además un monitoreo permanente, con cámaras de seguridad, y contacto limitado con el resto de los reclusos.
Las únicas celdas que reunían las condiciones para cumplir con estos requerimientos son las del Hospital Penitenciario Central, ubicado dentro del complejo de Ezeiza, y ahí fue trasladado Fariña.
En las últimas horas Giselle Robles, abogada de Fariña, había pedido que su defendido fuera trasladado a una sede de Gendarmería, al considerar que era el único lugar donde podían cumplirse las medidas de seguridad «extrema» requeridas por el programa de protección a testigos.
La letrada también solicitó una custodia especial para la casa de los padres de Fariña, ya que su defendido teme que sean atacados luego de su declaración indagatoria, que complicó a Cristina Kirchner y a ex funcionarios del anterior gobierno.
