La noticia pasó inadvertida. Fue publicada el fin de semana en el diario kirchnerista Tiempo Argentino y la repercusión ese día fue bastante módica. Sin embargo, en redes sociales fue uno de los temas de conversación de los últimos días. Se trata de la columna del periodista militante Hernán Brienza, que encontró argumentos sorpresivos para justificar la corrupción K.
Brienza fue un habitual panelista del programa de propaganda del canal 7 kirchnerista 678, columnista de la agencia de noticias del gobierno Télam, tuvo programas en Radio Nacional y otros emprendimientos de raíz oficialista. Escribió libros y fue uno de los que saludó a Hugo Chávez cuando le dieron el premio a la libertad de expresión «Rodolfo Walsh» en la Universidad de La Plata.
Aquí cuatro de las principales definiciones de uno de los pocos comunicadores que pudo en el año 2013 entrevistar en la residencia de Olivos a Cristina Elisabet Kirchner
1- La corrupción está íntimamente ligada al financiamiento de la política. Quien no tiene recursos, no puede hacer política; ni acá ni en Estados Unidos. Una campaña presidencial cuesta decenas de millones de dólares, los afiches, los spots televisivos, las entrevistas pagas, los actos, las movilizaciones, todo eso cuesta un dineral.
2- Un diputado o un senador cuenta con un presupuesto, entre sueldos, asesores, viáticos, de 100 mil o 150 mil pesos por mes. ¿De dónde saca el dinero ese diputado para llegar a ser presidente? Está «obligado» a financiar irregularmente su campaña. Lo mismo pasa con un ministro, con el titular de la ANSES o con el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo.
3- La corrupción –aunque se crea lo contrario- democratiza de forma espeluznante a la política. Sin la corrupción pueden llegar a las funciones públicas aquéllos que cuentan de antemano con recursos para hacer sus campañas políticas. No hay que ser ingenuos. Sólo son decentes los que pueden «darse el lujo» de ser decentes. Sin el financiamiento espurio sólo podrían hacer política los ricos, los poderosos, los mercenarios,
4- La corrupción no es individual, es sistémica. Quien no entiende esto, está condenado a repetir zonceras. Por lo demás, liberen a Milagro Sala.