«Muchas de las mujeres que no vitrifican sus óvulos hoy serán las que mañana deban recurrir a técnicas de fertilización asistida», dijo a Télam Sergio Pasqualini, director científico de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación Repro, con motivo del Mes de la Fertilidad, que se conmemora durante junio.
El experto recordó que la fertilidad de una mujer tiene su punto máximo a los 25 años, luego comienza lentamente a declinar hasta los 30 y se acelera algo más hasta los 35, cuando se acentúa en forma más marcada.
«En nuestro instituto, de las 7.550 consultas recibidas el último año, un 36 por ciento eran pacientes de más de 40 años, y muchas se hubieran beneficiado si criopreservaban sus óvulos», remarcó.
Pasqualini detalló que el procedimiento consiste en estimular los ovarios con hormonas para que se produzcan varios óvulos y que la cantidad dependerá de la capacidad de respuesta del ovario. Luego se aspiran los folículos que contienen los óvulos y se congelan para su conservación.
«En nuestro instituto, de las 7.550 consultas recibidas el último año, un 36 por ciento eran pacientes de más de 40 años».
«Cada mujer cuando nace viene con determinada información que dice cuánto va a durar la vida útil de sus ovarios desde el punto de vista reproductivo. En ese contexto, la preservación de óvulos es una forma de planificación familiar», consideró.
La ginecóloga Florencia Inciarte coincidió y señaló que tanto en la Argentina como en el resto del mundo las mujeres postergan la búsqueda del embarazo, tienen menos hijos o directamente no consideran la posibilidad de tenerlos.
«Los motivos son diversos. Puede ser porque no llegaron a conformar la pareja deseada, por temas laborales o directamente porque no piensan en tener hijos. Nosotros como médicos tenemos que informar y asesorar respecto a la planificación familiar con especial énfasis en lo que respecta a la vitrificación de óvulos», remarcó.
La especialista de Halitus Instituto Médico consideró que «toda mujer que llega a los 30 años sabe cuáles son sus deseos en cuanto a la maternidad», y señaló que ese es el momento indicado para proponerle evaluar su reserva ovárica y pensar en la posibilidad de la vitrificación.
«Es fundamental asesorarlas y que las mujeres conozcan la relación lineal que existe entre la edad y la cantidad y calidad de óvulos que se pueden obtener para vitrificar. También deben saber que es posible realizar la técnica en más de una oportunidad para acopiar más cantidad de óvulos, siempre remarcando que eso no es una garantía para el día de mañana, pero sí una posibilidad válida», completó.
Desde Halitus precisaron que el costo del procedimiento es de 36.000 pesos y señalaron que los óvulos pueden permanecer criopreservados muchos años.
«El récord mundial pertenece a nuestro instituto, con una beba nacida de un óvulo congelado durante 14 años», recordó Pasqualini en referencia al caso de Mónica Aquino, que dio a luz a Yanina a los 40 años.
La beba, que pesó más de tres kilos y nació con un excelente estado de salud, marcó un hito en materia de preservación de la fertilidad, ya que nació tras el período más largo de almacenamiento de gametos femeninos seguido de un nacimiento en todo el mundo (el anterior había sido de óvulos congelados durante 12 años).
La preservación «es sólo una manera de planificar la familia. Llegado el momento en que se desee el embarazo, si éste se logra naturalmente, los óvulos criopreservados quedarán para intentarlo el día en que se desee tener un hijo y no se logre en forma natural», agregó.
En caso de conformar la familia deseada, los óvulos criopreservados pueden ser descartados o donados.
«Si bien no provee una garantía, criopreservar sigue siendo la mejor respuesta que la ciencia tiene frente a la postergación, ya que permite potencialmente poner a resguardo la fertilidad», completó el especialista, quien recomendó elegir para el procedimiento algún centro o instituto que tenga antecedentes de embarazos logrados con óvulos congelados
Fuente: Telam
