De este modo, el Estimador Mensual de Actividad Económica acumula en el año un salto de 9,1% respecto de igual período anterior, similar al que mostró la economía de China.
De ahí que la realización de las elecciones primarias parece no haber impactado sobre la capacidad de los agentes económicos de generar riqueza.
No obstante, como ocurre con la medición de los precios, el indicador oficial potencia el costado positivo respecto de las mediciones privadas. Para el estudio de Orlando Ferreres el aumento de la actividad fue de 5,5% y para Economía & Regiones, Rogelio Frigerio se limitó a 4,9% en comparación con un año antes.
Por el contrario, todos los cálculos advierten una ralentización a futuro, dado el escenario de inestabilidad en los mercados internacionales.
Así, el indicador de tendencia ciclo del Indec arrojó en agosto una suba mensual de apenas 0,3%, que fue la menor desde junio de 2009. Se trata de un índice «depurado» de los factores estacionales y también aleatorios que no son debidamente captados por el índice desestacionalizado.
Cuadro heterogéneo
Según los cálculos privados, el motor del crecimiento de la economía es ahora el sector financiero, que se expande a una tasa de más de 20% en doce meses, seguido por el comercio 7,5%, mientras que la mayoría de los sectores se elevan a tasas de 3 a 6 por ciento.
Por el contrario, se mantienen en la senda contractiva la actividad agropecuaria, a un ritmo de 3% por año y la industria extractiva, a 8 por ciento.
Frente a este escenario no son pocos los economistas que comienzan a advertir que «la Argentina quedó eclipsada por el fenómeno de la soja y no aprovechó la bonanza para impulsar otros sectores para sostener el ritmo de crecimiento a tasas chinas».