Brasil pidió demorar el traspaso de la Presidencia pro témpore a Venezuela

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«Vamos a buscar una salida en común», dijo Serra al ser consultado sobre las posiciones encontradas que esgrimen los países miembros del Mercosur a medida que se acerca la fecha fijada para el traspaso de la dirección del bloque.

Las controversias quedaron expuestas con crudeza cuando Paraguay puso firmes reparos al traslado del mando en la creencia de que en Venezuela no se respetan los derechos humanos, en el marco de una situación de inestabilidad institucional que llevó al gobierno de Nicolás Maduro a declarar el estado de excepción (sitio) y emergencia económica.

Si el traspaso se concretara, Venezuela quedaría en una posición clave en momentos en que el Mercosur impulsa profundas negociaciones para lograr un amplio acuerdo comercial con la Unión Europea, todavía conmocionada por la decisión del pueblo británico de abandonar el bloque.

La presidencia pro témpore iba a ser transferida la semana próxima desde Uruguay hacia Venezuela en una reunión de presidentes del bloque en Montevideo.

El encuentro fue bajado luego a la jerarquía de los cancilleres, una decisión anunciada la semana pasada por Nin Novoa y la ministra de Relaciones Exteriores de la Argentina, Susana Malcorra.

Pero la salida no conformó a Paraguay, que exige que previamente se abra en el seno del Mercosur un debate sobre la situación política de Venezuela.

Algunas voces paraguayas se han levantado incluso para sugerir un análisis sobre la aplicación a Venezuela del Protocolo de Ushuaia, la cláusula democrática del bloque que determina la suspensión del país donde se quiebre el orden democrático.

Esa postura extrema no ha tenido eco de momento en los demás países de la región.
Uruguay, por su parte, esgrimió que el traspaso de la presidencia es una obligación jurídica que no pude ser incumplida.

Pero el canciller de Paraguay, Eladio Loizaga, anunció este martes que su colega uruguayo le confirmó que probablemente el 11 de julio se hará una reunión de cancilleres del Mercosur en Montevideo para tratar “la situación de Venezuela” y sin una representación de Caracas.

En este encuentro, que ahora parece encaminarse a una nueva postergación, uno de los temas centrales será el traspaso de la presidencia temporal a Venezuela, que debería concretarse este mes en el marco de la rotación semestral por orden alfabético.

«Tenemos que considerar seriamente lo que es la presidencia del Mercosur y la situación de Venezuela que se complica cada día; el país que ejerza la presidencia del Mercosur tiene que tener tranquilidad interna y paz para que pueda llevar adelante los desafíos que se tienen en este semestre”, agregó Loizaga.

Hasta este martes no había declaraciones emitidas por el gobierno de Brasil sobre este asunto, aunque tampoco fueron desmentidos los trascendidos que indican que la administración interina de Michel Temer prefiere que el traspaso a Venezuela no se concrete.

La política brasileña está completamente dominada por la crisis institucional que supuso la suspensión por 180 días del mandato de la presidenta Dilma Rousseff, la apertura del juicio político en su contra y la impopularidad que las encuestas le asignan a las
medidas de Temer.

La Argentina, desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, hizo explícita su voluntad de llevar al Mercosur a acuerdos de distinto tipo de asociación con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico.

Macri asistió recientemente a la Cumbre de presidentes de la Alianza del Pacífico que se hizo en Puerto Varas, Chile, y esta semana hizo una gira por distintas potencias europeas.

Este martes, en Berlín, tuvo duras declaraciones dirigidas a Venezuela. A pesar de que pronosticó un futuro cada vez más integrador para el Mercosur, dijo que el país gobernado por Maduro atraviesa una situación «penosa», con «un gobierno que tiene presos políticos y ha llevado a su población a la hambruna».

Uruguay, que reconoció que en Venezuela hay una democracia con tintes “autoritarios”, parece haber quedado aislado en sus fundamentos jurídicos para concretar el traspaso, debido a que los argumentos en discusión ahora son de índole político y económico.

El Mercosur fue fundado en 1991 por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como un acuerdo comercial y político, y años después se sumó Venezuela, mientras Bolivia está en proceso de integración como miembro pleno.

En Caracas, en tanto, la oposición a Maduro agregó su granito de arena. El presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional (parlamento), el opositor Luis Florido, hizo un llamado a los países que integran el Mercosur para que anulen la decisión de que su país asuma la presidencia del organismo, debido a la crisis política y social por la que atraviesa.

«Un país que tiene claramente presos políticos y que desconoce a las instituciones como la Asamblea Nacional, viola sistemáticamente los derechos humanos y es el responsable de una profunda crisis social y humanitaria, no puede asumir la presidencia de un organismo internacional», argumentó Florido en un comunicado.

Fuente: Telam

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