La carta donde Lázaro Báez contó la visita de Sebastián Casanello a Cristina Kirchner

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Tinta azul y una hoja rayada de un cuaderno tradicional. Lázaro Báez evitó las formalidades para explicarles a los integrantes de la Sala II de la Cámara Federal los motivos por los cuales cree que el juez Sebastián Casanello debe ser apartado del expediente de la ruta del dinero.

En una carta de 19 líneas que escribió en prisión, el socio de Cristina Kirchner reveló por primera vez detalles del día en que se cruzó con Casanello en la Quinta Presidencial de Olivos. Infobae accedió al texto. Si bien hubo trascendidos durante la semana en el diario La Nación y hoy en Clarín, esta es la primera vez que se publica el facsímil firmado de puño y letra por uno de los empresarios que verdaderamente disfrutó de las mieles de la «década ganada».

En el escrito, Lázaro Báez aseguró que vio al magistrado en la residencia «cuando estaba esperando para entrevistarse con la Doctora Fernández», en septiembre de 2015. Esta versión fue refutada terminantemente por Casanello en diversas oportunidades. De confirmarse ahora, el juez quedaría en una posición incómoda. Es que no sólo se comprobaría que mintió, sino también que estuvo reunido con la Presidente y el empresario cuyos negociados debía investigar en una causa que está bajo su órbita desde 2013.

La defensa de Leandro Báez ya había dejado trascender que posee información que corroboraría lo escrito ahora por el dueño de Austral Construcciones. Infobae publicó el 31 de mayo datos técnicos de llamados que ubican a Casanello en la Quinta de Olivos, o al menos muy cerca de ella. Uno de esos contactos fue el 6 de agosto de 2015. Otro con parámetros similares quedó asentado en los registros del 6 de noviembre.

La carta manuscrita ya fue incorporada al expediente, pero detrás de ese acto procesal hay una historia que comenzó el jueves 9 de septiembre, cuando Santiago Viola, abogado de Leandro Báez, visitó a Lázaro por pedido de su cliente.

«Papá me dijo que tiene cosas importantes para contarte. Andá a verlo urgente», escuchó Viola del otro lado del teléfono. Sin dudarlo, tomó su portafolio y se desplazó al penal de Ezeiza, donde está alojado el socio de la ex Presidente.

El encuentro fue breve. Charlaron algunas generalidades sobre la causa y el protagonista relevante de esta historia contó que quería aportar información sensible para el futuro de la investigación. Como Viola no es su representante legal, le recomendó que escribiera. Y así fue: el dueño de Austral tomó un cuaderno que tiene en su celda y con un bolígrafo desarrolló lo que hace mucho quería decir.

«A la Sala II de la Cámara Federal», se dirigió. Y redactó sin puntos y algunas pocas comas: «Me dirijo a ustedes a los efectos de ponerlos en conocimiento, en el marco del incidente de recusación del Doctor Casanello Sebastián, que aproximadamente a mediados del 2015, con anterioridad a las elecciones generales, vi al mismo en la Quinta de Olivos, cuando estaba esperando para entrevistarse con la entonces presidente Doctora Fernández».

Y ahondó: «Ustedes tienen todos los medios para corroborar lo dicho, espero esto a los fines de ser tenido en cuenta al momento de resolver el incidente, lo manifestado es por el firme convencimiento de que la causa está direccionada hacia mi persona, mis hijos y mi familia».
«No he manifestado esto con anterioridad dado que no me fue preguntado en la audiencia mantenida con ustedes por el temor que siento tal cual se lo expresara», completó.

La hoja está firmada por «Lázaro Antonio Báez», DNI 11.309.991, incluye una huella dactilar para evitar dudas sobre su veracidad y está certificada por las autoridades del penal, caso contrario nunca hubiera salido de allí.

La Cámara recibió el documento el viernes 10 de junio. Pese a todos los recaudos adoptados por Viola y Báez, algunos jueces dudaron de su origen porque notan una letra distinta a la de otro acto procesal que meses atrás había firmado el imputado.  En el entorno del constructor hay una respuesta para ello: dicen que el escrito que los jueces toman como referencia había sido redactado por un abogado y solamente firmado por el empresario patagónico.

Luego de anexar la prueba, la Sala II emitió un despacho en el que pide notificar a los abogados que figuran formalmente en la instrucción como defensores de Lázaro Báez. Además requirió más información sobre la denuncia.

Esos datos fueron plasmados en una segunda carta que ya fue escrita y desde ayer a la mañana está en manos de los letrados Rafael Sal Lari y Daniel Rubinovich, quienes aún no cumplieron con la requisitoria de su mandante. En el penal de Ezeiza constataron que Báez está «furioso» con los profesionales que llevan su trámite y está convencido que detrás de las dilaciones está la mano de la ex presidente, Cristina Kirchner. De hecho, en Tribunales saben que Carlos Beraldi, asesor legal de la ex jefa de Estado, sigue de cerca los movimientos de la pesquisa.

El Código Procesal es estricto. Los tiempos se están agotando. Báez tiene hasta las 9:30 del martes para cumplir con la requisitoria de la Cámara Federal. Luego, la Sala II deberá definir si finalmente procede o no con la recusación de Casanello.

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