El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llegó a Haití este sábado para incitar a donantes internacionales a financiar la reconstrucción del país caribeño tras la devastación del huracán Matthew que dejó más de 500 muertos.
«Ciertas ciudades y pueblos han sido casi completamente borrados del mapa», deploró el lunes Ban en Nueva York y estimó que unos 1,4 millones de haitianos necesitaban ayuda humanitaria de manera urgente.
El huracán, que según el último balance dejó al menos 546 muertos, desató una nueva crisis humanitaria en el país más pobre del Caribe. Más de 175.500 haitianos damnificados viven todavía en refugios provisorios, en condiciones extremadamente precarias.
Las organizaciones humanitarias temen también unempeoramiento del cólera, debido a las inundaciones y la gran falta de agua potable.
El jefe de la ONU deberá sobrevolar este sábado las zonas siniestradas por el desastre y visitar la ciudad de Los Cayos, una de las más afectadas por el potente huracán que azotó el país el 4 de octubre con vientos muy fuertes y lluvias torrenciales que inundaron todo el sur del país.
En Los Cayos, Ban se encontrará con las autoridades locales, con los equipos de protección civil y con familias damnificadas.
El llamado de emergencia que lanzó la ONU para recaudar 120 millones de dólares, debería cubrir las necesidades vitales de las víctimas del huracán durante los próximos tres meses.
Pero los donantes internacionales no han mostrado apuro por colaborar, otra vez más, con la ayuda humanitaria para Haití:de momento sólo se ha recaudado el 12% del monto.
Con su visita a Haití, Ban Ki-moon espera movilizar a la comunidad internacional para evitar que el país -que todavía lucha para recuperarse de los estragos del terremoto de 2010 que dejó más de 200.000 muertos– vuelva a sumirse en una profunda crisis humanitaria.