Clinton: «El país estaba más dividido de lo que pensábamos»

0
393
Foto Web

«Esto es doloroso y lo será por mucho tiempo», dijo la ex secretaria de Estado ante afligidos partidarios y miembros de su equipo de campaña en un hotel de Nueva York, en sus primeras declaraciones públicas tras un arrollador triunfo de Trump que desafió todos los pronósticos.

La victoria del republicano, conocida recién esta madrugada tras un escrutinio para el infarto, pondrá fin a ocho años de control demócrata de la Casa Blanca.

El magnate inmobiliario, quien llegó al poder con propuestas populistas, anti globalización e incluso descaradamente xenófobas, gobernará con un Congreso controlado por completo por su Partido Republicano y dirigirá un país profundamente dividido por su enconada pulseada con Clinton.

También enfrenta una fractura dentro de su partido, dado que muchos dirigentes y figuras republicanas se negaron a apoyarlo de manera expresa o apenas le dieron un tibio, ambigüo respaldo.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el republicano de mayor rango en la jerarquía institucional del país, se hizo eco hoy de este sentimiento, luego de haber apoyado a Trump con una renuencia sin precedentes para la agrupación.

«Este tiene que ser un tiempo de redención, no de recriminación», dijo Ryan en una conferencia de prensa en la que dio crédito a Trump por haberse ganado un «mandato» para aplicar su agenda política y por haber ayudado a los republicanos a mantener el control del Senado y a ampliar su mayoría en la cámara baja.

Clinton, quien ansiaba convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos, llamó por teléfono esta madrugada a Trump para reconocer su derrota y felicitarlo por su victoria.

Con varios millones de votos que aún no habían sido contados, la demócrata ostentaba una leve ventaja en el voto popular a nivel nacional, de 47,7% contra 47,5% de Trump, pese a haber sido superada ampliamente en el número de votos electores que un candidato necesita alcanzar para ganar la Presidencia.

La aparente paradoja se explica por el sistema de elección presidencial indirecta de Estados Unidos. El ganador de la Casa Blanca no es quien obtiene más sufragios en total, sino el que alcanza o supera los 270 votos en el Colegio Electoral que lo designa.

Trump sumaba hoy al menos 290, contra 228 de Clinton. En cuanto al voto popular, escrutados más de 125 millones, la demócrata recogía 59.679.969 votos, contra 59.479.128 de Trump.

En su discurso de hoy, Clinton echó mano a un tono magnánimo para referirse al hombre cuyo eventual triunfo había definido como un «peligro» para Estados Unidos.

«Donald Trump va a ser nuestro presidente. Le debemos una mente abierta y una oportunidad de liderar», dijo Clinton en su primera aparición tras los comicios y luego de haber suspendido anoche el discurso que tenía previsto dar en un centro de convenciones de esta ciudad, para desazón de sus seguidores.

La ex primera dama y ex senadora por Nueva York habló acompañada por su marido, Bill Clinton, y por su hija, Chelsea, ante decenas de seguidores que la recibieron de pie y cantando «¡Te queremos!».

La demócrata dejó en claro que no ponía en duda la transparencia del escrutinio y confió en que Trump sea «un presidente exitoso para todos los estadounidenses», al tiempo que le ofreció su colaboración en favor del interés nacional.

«Hemos visto que nuestra nación está más dividida de lo que creíamos, pero yo todavía creo en Estados Unidos y siempre lo haré», dijo Clinton, vestida de negro y púrpura, en aparente alusión a la unidad, al combinar el azul de los demócratas con el rojo de los republicanos.

Clinton dijo que era crucial que la transición sea ordenada y pidió a sus seguidores que respeten este «principio constitucional».
Los mercados globales y los futuros del Dow Jones se desplomaron a la madrugada, pero luego se recuperaron.

El presidente Barack Obama, quien invirtió gran esfuerzo para hacer campaña por Clinton y denostar a Trump en cuanto acto realizó, felicitó hoy al mandatario electo en una conversación telefónica y lo invitó a reunirse con él mañana en la Casa Blanca.

«Todos se ponen tristes cuando su partido pierde una elección», dijo Obama, cuyo legado podría ser revertido por la gestión de Trump, quien ha prometido que su primer acto de gobierno será convocar al Congreso para revocar la histórica reforma de Salud casi universal impulsada por su predecesor.

«El día después tenemos que recordar que en realidad estamos todos en el mismo equipo», agregó.

Trump, quien pasó gran parte de su campaña arengando a sus seguidores contra Clinton, mientras estos cantaban «¡Enciérrenla!» en prisión, dijo anoche que la nación tenía una «gran deuda de gratitud» por sus casi tres décadas en la función pública.

Trump, un magnate inmobiliario de Manhattan de 70 años de edad, forjó una profunda conexión con millones de estadounidenses blancos de clase trabajadora que se sienten postergados en una país con una economía cambiante y una creciente diversidad cultural.

Presentó a la inmigración, tanto de América Latina como de Medio Oriente, como la raíz de los problemas económicos que padecen muchos estadounidenses, y también alimentó los temores al extremismo islámico, tanto el proveniente del extranjero como el doméstico.

Trump ha prometido grandes cambios en la política exterior de Estados Unidos, incluyendo la construcción de un muro en la frontera con México para frenar el ingreso de la droga y de los indocumentados.

Clinton, por su parte, pidió hoy a sus seguidores comenzar a trabajar ya mismo para recuperar el país y hacer avanzar la agenda que impulsó durante su campaña.

«Nuestra responsabilidad como ciudadanos es seguir poniendo de nuestra parte para construir el Estados Unidos mejor, más fuerte y más justo que buscamos».

«Esta derrota duele, pero por favor, nunca dejen de creer que luchar por lo correcto merece la pena», dijo a los suyos una Clinton visiblemente emocionada y que dedicó palabras especiales a las mujeres y a las niñas.

«A todas las mujeres, especialmente a las jóvenes, que pusieron sus esperanzas en esta campaña y en mi: quiero que sepan que nada me ha hecho más orgullosa que ser su defensora», dijo.

Clinton animó también a seguir «derribando todas las barreras que frenan a cualquier estadounidense» y defendió que «el sueño americano es suficientemente grande para todos».

«Para la gente de todas las razas y religiones, para hombres y mujeres, para inmigrantes, para personas LGBT y personas con discapacidades. Para todos», insistió.

Fuente: Telam

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here