Un colgante. Un campo de exterminio nazi. Un «camino al cielo». Y Anna Frank. Todos estos ingredientes se unieron a partir del increíble descubrimiento que un grupo de arqueólogos realizó en Sobibor, Polonia, uno de los mayores refugios de aniquilación de Adolf Hitler.
Allí se encontró un colgante idéntico al que la pequeña tuvo durante su cautiverio. Fue encontrado junto con otras pequeñas joyas en ese campo de exterminio en la sala donde los nazis hacían desvestir y afeitaban la cabeza de sus víctimas antes de ejecutarlas en las cámaras de gas. Ese lugar era conocido con el siniestro nombre de «camino al cielo».
El descubrimiento fue realizado por científicos del Centro de Investigación del Holocausto en Polonia y el Instituto Internacional Yad Vashem.
Entre las joyas encontradas se enumeran un collar con la estrella de David, un reloj femenino, un colgante con un grabado de Moisés mientras sostiene las tablas con los diez mandamientos. Esta última fue la pieza que más llamó la atención de los expertos. Creen que es idéntico al que perteneció a Frank durante sus días en la ocupación nazi de Ámsterdam. En él pueden leerse las palabras «Mazel Tov» y «Hei» escritas en hebreo. También tres estrellas de David.
Las sospechas indican que las víctimas –en momentos de desesperación– habrían pisado los objetos sin darse cuenta cuando eran obligadas a desvestirse. El paso de las muchedumbres en la antesala de las cámaras de gas habría enterrado cada uno de los pequeños productos, redescubiertos hace pocas semanas.
Los arqueólogos buscaron en la base de datos del campo de exterminio a quién pudo haber pertenecido ese pendiente famoso por haber sido un adorno de la famosa relatora del diario. En los archivos de Deportación de esa época figura el nombre Karoline Cohn, nacida el 2 de julio de 1929 en Frankfurt. El 11 de noviembre de 1941 fue deportada de esa ciudad al gueto de Minsk.
El arqueólogo Yad Vashem, miembro del equipo de investigación, indicó que se desconoce si Cohn sobrevivió al gueto. Su pendiente llegó a Sobibor en algún momento entre noviembre de 1941 y septiembre de 1943. Ese fue el mes en el que el gueto fue desmembrado y los dos mil judíos que allí sobrevivían fueron exterminados en el campo de concentración.
Los científicos a cargo de la investigación –publicada en The Jerusalem Post– intentan determinar si algún lazo une a Frank con Cohn. Ambas nacieron en la misma época en Frankfurt y ahora se trata de conocer si sus familias estaban unidas de alguna forma. Lo que es seguro –hasta el momento– es que Frank no murió en ese campo de concentración, sino que su deceso se produjo en 1945 en Bergen-Belsen, al norte de Alemania.
«Estos hallazgos recientes en las excavaciones de Sobibor constituyen un importante contribución a la documentación y conmemoración del Holocausto y nos ayuda a entender mejor qué ocurrió en Sobibor, tanto como un campo como desde el punto de vista de las víctimas», indicó Havi Dreifuss, jefe del Centro de Investigación del Holocausto.
Las excavaciones en Sobibor comenzaron en 2007. Desde entonces se han encontrado todo tipo de joyas, pero ninguna tan significativa como el pendiente que pudo pertenecer a Anna Frank. El misterio podría revelarse en los próximos meses.