Si bien el Senado es de mayoría republicana, Pompeo, de 53 años y congresista por el estado de Kansas desde 2011, es uno de los representantes de la línea más dura del Partido Republicano, con amplia experiencia en asuntos de inteligencia, de seguridad nacional y militares.
En una sesión celebrada al filo de la medianoche del lunes, en el pleno del Senado, el miembro del movimiento ultraconservador Tea Party recibió 62 votos a favor por 32 en contra y acto seguido juró el cargo para el que fue nominado por Trump, que asumió la Presidencia estadounidense el viernes pasado.
Pompeo liderará una agencia de espionaje con la que el nuevo presidente estadounidense mantiene una relación ambivalente.
Un día después de asumir la Presidencia, Trump visitó la sede de la CIA y alabó su labor. Pero en las últimas semanas criticó a la comunidad de inteligencia por acusar a Rusia de querer ayudarlo electoralmente con el robo de correos electrónicos del Partido Demócrata.
También equiparó a sus espías con la Alemania nazi, después de acusarlos de filtrar un documento con presuntas actividades comprometedoras suyas en Rusia.
Pero Pompeo, en su comparecencia ante los legisladores, se desmarcó de la afinidad de Trump con Rusia.
El nuevo director de la CIA también se distanció del respaldo del presidente republicano a la práctica de la tortura a presuntos islamistas radicales.
Tras el voto del Senado, juró el cargo en una ceremonia ante el vicepresidente norteamericano, Mike Pence.
Pompeo es el tercer miembro del gabinete de Trump en lograr el sí del Senado, tras la aprobación el viernes pasado del general retirado James «Perro Loco» Mattis como secretario de Defensa, y el también ex general John Kelly, como secretario de Seguridad Nacional.
La cuarta es Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur, que sucede a Samantha Power como el representante de Estados Unidos en Naciones Unidas.
Haley pasó en una votación bipartidista fácil que se anticipó más temprano, en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, donde sólo dos demócratas votaron en contra de ella.
Durante su comparencia ante los legisladores, Haley escapó de la controversia relacionada con Rusia diciendo que Estados Unidos no debe confiar en Putin, del que dijo que ha autorizado a los crímenes de guerra contra la población civil en apoyo del dictador sirio Bashar Assad.
Haley fue quien pidió que se retire la bandera de la Confederación del Capitolio del estado después de que un supremacista blanco mató a nueve personas en la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel en Charleston, en Carolina del Sur
«No pretendo que lo sé todo, o que el liderazgo en la ONU es el mismo que conduce Carolina del Sur», dijo Haley durante su audiencia de confirmación ant el Senado.
«Pero la diplomacia en sí no es nuevo para mí. De hecho, yo sugeriría que no hay nada más importante para el éxito de un gobernador que su capacidad de unir a las personas con diferentes orígenes, puntos de vista y objetivos detrás de un propósito común. Durante seis años que ha sido mi trabajo, día tras día, en tiempos de celebración y en tiempos de gran tragedia», agregó.
Antes de su confirmación, la Comsión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta aprobó por un resultado muy ajustado al empresario Tillerson para convertirse en el próximo secretario de Estado.
Con 11 votos a favor y 10 en contra -todos los demócratas-, Tillerson logró evitar el escollo de la comisión al contar finalmente con el apoyo de John McCain, Lindsay Graham y Marco Rubio, los republicanos que habían elevado más dudas acerca de su nominación por sus vínculos con Rusia.
Ahora su candidatura pasará al pleno del Senado, donde previsiblemente será aprobado sin mayores problemas, ya que los republicanos son mayoría.
Durante las audiencias de escrutinio, las principales preocupaciones de los senadores fueron la larga relación personal de Tillerson con el presidente ruso, Vladimir Putin, y los posibles conflictos de interés derivados de esa amistad y de su cargo anterior como presidente de una petrolera con negocios en todo el mundo.
Otros se mostraron preocupados por los informes que apuntan a que ExxonMobil presionó al gobierno estadounidense para que levantara las sanciones impuestas a Rusia después de la anexión de la península de Crimea en 2014, aunque Tillerson negó durante la audiencia haberse implicado jamás en esa actividad.
Hubo también senadores alarmados por la afirmación de Tillerson de que no había conversado con Trump sobre la política hacia Rusia, o por su reticencia a condenar la campaña contra las drogas del presidente filipino Rodrigo Duterte, cuyas fuerzas de seguridad han ejecutado a 6.100 personas.
También hoy, la Comisión de Comercio, Ciencia y Transporte aprobó las nominaciones de Wilbur Ross y Elaine Chao como secretarios de Comercio y Transporte, respectivamente, en una votación a viva voz, por lo que ahora su confirmación pasa a manos del pleno de la Cámara alta.
Asimismo, la Comisión de Bancos, Vivienda y Asuntos Urbanos hizo lo propio con el nominado de Vivienda, el neurocirujano retirado Ben Carson, ex rival de Trump en la interna presidencial republicana.
Por otra parte, los demócratas de la Comisión Judicial consiguieron retrasar una semana el voto sobre el nombramiento del senador por Alabama Jeff Sessions, elegido por Trump para ser su fiscal general y que esperaba hoy recibir la confirmación del comité.
Sin embargo, de acuerdo con las reglas de la comisión, el voto puede retrasarse durante una semana porque es la primera vez que aparece en el orden del día.
Los demócratas argumentaron que algunos senadores quieren continuar realizando preguntas a Sessions y que también necesitan más tiempo para revisar las 190 páginas que el senador por Alabama ha entregado este fin de semana con respuestas sobre las preguntas de las audiencias de escrutinio.
Fuente Telam