Le descubrieron una extraña alergia: si tiene «sexo salvaje» con su marido podría morir

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Katy VanNostrand, de Colorado, Estados Unidos, debió recurrir a varios médicos antes de que la diagnosticaran correctamente. La mujer, quien tiene 34 años, recurrió a los especialistas a partir de 2005 cuando su cuerpo comenzó a manifestarse enfermo unas 20 veces al año.

Finalmente, luego de meses de estudios y análisis los médicos le descubrieron que tenía una reacción alérgica conocida como anafilaxia, que se disparaba luego de realizar ejercicios intensos. Hoy, la mujer sabe que un esfuerzo físico extremo podría matarla.

«Amo ejercitarme, pero ha habido un par de veces que han sido de terror y que pensé que moriría», señaló Katy al contar los padecimientos de su enfermedad.

Al producirse la reacción los tejidos de diferentes partes del cuerpo liberan histamina y otras sustancias. Esto produce constricción de las vías respiratorias y lleva a que se presenten otros síntomas. Para Katy, correr con el perro durante un paseo o tener «sexo salvaje» con su marido podría ser mortal.

Durante años, la enfermera de Colorado sufrió varios episodios que casi terminan con su vida. En esas ocasiones debió ir de urgencia a un hospital para que le suministraran epinefrina y antihistamínico. Sin embargo, en un principio los médicos no podían determinar de qué se trataba.

La primera vez ocurrió cuando Katy tenía 22 años. En esa oportunidad corría junto a un antiguo novio y súbitamente comenzó a sentirse en pésimas condiciones. «Frenamos y creí que en verdad estaba deshidratada. Levanté mi remera y mi novio me miró y dijo: ‘Oh, Dios'». La reacción era total.

«Fuimos hasta el hospital local y me dijeron que estaba teniendo una reacción anafilaxia, pero que cualquier cosa podría haberla causado», relató la mujer. «Después de eso, comenzó a pasar muy seguido. Entre 15 y 20 veces al año», agregó.

Cuando a los 28 años se casó con John se mudaron a Carbondale. Allí, buscaron hacer nuevos amigos. Un día, mientras estaba con una vecina en un gimnasio, comenzó a sufrir otra reacción alérgica. Fue llevada de urgencia y la rutina se repitió. El médico le recomendó que viera un alergista. Sin mucho ánimo, Katy aceptó. Fue quien le descubrió qué ocurría con su cuerpo cada vez que hacía actividad física intensa.

El especialista le indicó que cuando ingiere determinados alimentos y luego hace actividad física, sus hormonas sufren una alteración cuando su corazón se acelera. Así, debió dejar de comer uvas, arándanos, avena, apio, cebolla, arroz, hinojo e incluso nueces y pimienta negra.

«El ejercicio para mí puede significar cualquier cosa de ir para un paseo enérgico con mi perro, a una carrera larga o incluso el sexo salvaje puede accionarlo», advierte Katy. De esta manera, la mujer logró bajar las reacciones alérgicas de 20 a 5 por año.

Controlando su dieta y teniendo siempre a mano una jeringa por si se cierra su garganta, puede hacer su vida normal. Fue así que logró participar de una maratón el año pasado. Y, si quiere tener noches de pasión extrema con su marido, sólo debe preocuparse por no comer lo que no debe.

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