La negociación salarial con los bancarios se transformó en un dolor de cabeza grande para el gobierno nacional. Es que las demoras para homologar un principio de acuerdo cerrado entre las cámaras y los trabajadores agitó las aguas en el sector. De hecho este viernes varios bancos no atendieron a sus clientes porque La Bancaria organizó una jornada de protesta.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, sufrió el enojo de los gremialistas en carne propia. Durante una visita a Paraná, Entre Ríos, adonde viajó para reunirse con el intendente local, Sergio Varisco, fue blanco de gritos e insultos por parte de los sindicalistas. Pese a ello, el funcionario recibió a una comisión de los manifestantes y les explicó por qué está trabada la paritaria.
El entendimiento incluía la reapertura de la paritaria 2016 para compensar la pérdida de poder adquisitivo de ese año y una suma fija de $2.000 más un aumento salarial del 10%, equivalente a un aumento del 19,5% para el sueldo inicial, a cuenta de lo que se negocie en la paritaria 2017. Sin embargo, un aspecto técnico trabó la homologación y la cuestión ahora está judicializada.