La imagen del asesino del embajador ruso en Ankara, con la pistola en la mano y el cuerpo del diplomático Andrei Karlov en el suelo en un segundo plano, ganó el World Press Photo, el premio más importante del fotoperiodismo internacional, por su «coraje y heroísmo» y porque «refleja el odio de nuestros tiempos».
Se trata de la fotografía «Un asesinato en Turquía», obra del fotoperiodista turco Burhan Ozbilici, que lleva 28 años trabajando para la agencia estadounidense Associated Press (AP) y que captó las imágenes de Mevlut Mert, el asesino del embajador ruso en Ankara, sin llamar su atención, evitando darle la espalda y con su cámara pegada al cuerpo.
Mert, un policía antidisturbios que estaba fuera de servicio,acribilló a balazos al embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, en una sala de exposiciones de Ankara, el 19 de diciembre pasado.
El jurado del World Press Photo, que recibió más de 80.400 imágenes, reconoció en un comunicado que seleccionar la imagen de un atentado como fotografía del año fue «una decisión muy difícil» y que la obra premiada refleja «el odio de nuestros tiempos».
Pero, además de lo testimonial de la obra, el presidente del concurso, Stuart Franklin, felicitó a Ozbilici porque «tuvo mucho coraje e hizo su trabajo de forma heroica».
«Tenía dos posibilidades: quedarme y hacer mi trabajo de periodista o salir corriendo», dijo Ozbilici, quien sintió «la responsabilidad de representar al periodismo», por lo que decidió continuar disparando con su cámara a pesar de que el asesino llegó a apuntar con su arma hacia el público.
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«Me dije: asesinaron al embajador, este es un momento histórico. Como periodista tengo la responsabilidad de hacer mi trabajo», contó.
Recordó que no intentó salir corriendo porque no sabía si había «otros tiradores en la sala colaborando» con el atacante.
Ozbilici, de 59 años, estaba en esa galería de arte de casualidad: Ese día ya había terminado su jornada laboral y se encontró con un colega al que quería ver. «Él tenía que ir a una exposición para hacer fotografías, si me hubiera dicho de encontrarnos en un café no habríamos ido», recordó.
Llegó unos quince minutos tarde al evento y cuando se enteró que el embajador ruso en Turquía hablaría a la audiencia, pensó en aprovechar la ocasión para fotografiarlo. En ese momento se acercó a la primera fila para hacerle dos instantáneas «sin prestarle atención al hombre que estaba detrás».
Ese hombre era Mevlut Mert, un policía antidisturbios de 22 años que estaba a punto de cometer un atentado. Tras tomar esas primeras fotografías el periodista se entremezcló con el público, pero no llegó a apagar su cámara. Segundos más tarde, Mert sacó su arma y disparó nueve veces contra el embajador, lo que provocó su muerte en el acto.
«Fue un gran estruendo», recuerda Ozbilici. «Yo no lo vi porque tenía más personas delante de mí», pero la mayoría de la gente «salió corriendo a los lados, mientras otros se tiraron al suelo», recordó.
De repente, el atacante estaba frente al fotógrafo, sin nadie en medio. Primero, Ozbilici quedó «en shock», como si tuviera «una olla de agua hirviendo en mi cabeza», pero al mismo tiempo se sintió «congelado».»Me asusté, pero que nunca entré en pánico», admitió en una entrevista con la agencia española Efe.
Mert, con la pistola aún en la mano y un muerto a sus espaldas, dirigía su dedo índice al cielo y gritaba «¡Alá es grande! ¡Alá es grande! ¡Nosotros morimos en Alepo, ustedes mueren aquí!», en referencia a la intervención rusa en la guerra de Siria.
Minutos más tarde, el atacante murió en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
«Yo no presté mucha atención a sus palabras», contó Ozbilici, que se quedó de pie e intentó no llamar la atención, con su cámara pegada al cuerpo, disparando «y siguiendo sus movimientos».
Las fotos fueron enviadas inmediatamente a Londres, sin editar. Y las imágenes se viralizaron en las redes sociales.
Ozbilici -que aseguró que no es la primera vez que temía por su vida- cubrió en 28 años de carrera el intento de golpe de Estado en Turquía, la primera Guerra del Golfo en la frontera entre Irak y Turquía, terremotos en Irán y Pakistán, y numerosas historias en Arabia Saudita, Qatar, Egipto, Libia, Siria, Chipre y Francia, entre otros países.
«Mi fuerza interna, basada en valores humanos que todos compartimos, me dijo que permaneciera en pie», concluyó el fotoperiodista galardonado.
Fuente: Telam