El Poder Judicial ofrece una herramienta simple y efectiva para resolver conflictos vecinales y familiares a través de la mediación comunitaria, como una forma de llevar un servicio a las personas de mayor vulnerabilidad social.
Esta rama de la mediación, a diferencia de la judicial, en el que rige el plan piloto de mediación y en la que se tratan exclusivamente litigios de familia, esta sirve para dar respuesta a conflictos vecinales, juicios sucesorios, separaciones de hecho, entre otros.
Generalmente, la gente que acude para contar con este asesoramiento es gente del interior y de los barrios en los que encuentran radicados los centros comunitarios que dependen de la Justicia Provincial.
La ventaja de la mediación comunitaria es la rapidez de la resolución de los conflictos, mediante acuerdos a los que llegan las partes y que se pueden homologar judicialmente si así lo desean.
Resolver los diferendos puede tomar entre una semana o diez días, contabilizando el tiempo que transcurre para notificar a las partes. El problema se soluciona con una audiencia o dos.
Además, la intervención de la Justicia es gratuita. A diferencia de la mediación judicial, los mediadores no necesitan ser abogados para resolver un caso, pero si estar capacitado en este tema.
Cabe destacar que de no resolverse el problema en las audiencias de mediación, recién se eleva el caso a la instancia judicial.
Si se detectan situaciones de violencia doméstica o adicciones entre quienes acuden a mediación comunitaria, se trabaja también en la contención de las partes, con la finalidad de orientarlas o dar aviso al algún organismo competente en estos temas.
Los centros de mediación comunitaria funcionan de lunes a viernes, en el horario de 7 a 13. Están emplazados en la ciudad capital en: Zona Norte: Manzana A Lote 14 “Barrio Borges” y Zona Sur: “Centro de Mediación Comunitaria Campo Contreras” Manzana A Lote 14 del barrio Campo Contreras. En el Centro capitalino: Tucumán 377 y en la ciudad de La Banda: “Centro Judicial Banda”, sito en San Carlos y Pedro León Gallo.
