Para la Iglesia, las medidas económicas del Gobierno incrementaron los niveles de pobreza

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El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), Jorge Lozano, sostuvo este sábado que en el Gobierno «no hay negación de la realidad» en cuanto a los niveles de pobreza pero sostuvo que «hay una serie de factores», como la devaluación del peso, el aumento de tarifas y la inflación, «que han dado como resultado esta cantidad de pobres que tenemos hoy en el país».

Lozano estimó que la gestión de Cambiemos «probablemente si» priorizó la macroeconomía para salir de una situación que funcionarios le describieron como «una especie de tobogán de difícil salida», pero destacó que «lo que ha sucedido es que estas medidas han beneficiado a unos pocos y perjudicado a muchos».

En diálogo con radio Continental, el prelado precisó que en conversaciones que mantuvo con miembros del Gobierno comprobó que «están preocupados y buscando alternativas para poder tener una actividad proactiva en la superación de estos niveles de pobreza. No hay una negación de la realidad y dan algunas explicaciones en torno a lo macroeconómico».

De todas formas, opinó que en el incremento de los niveles de pobreza «hay una serie de factores que han incidido en esto, tanto la devaluación, el aumento de las tarifas, la inflación, que han dado como resultado esta cantidad de pobres que tenemos hoy en el país».

Lozano apuntó, además, que en forma paralela hay «capitales que han ido concentrando mas sumas de dinero, lo cual es algo que hay que corregir para ver cómo salir de la pobreza por medio de un trabajo debidamente remunerado».

En cuanto a los planes sociales, el presidente de la CEPAS manifestó que «hay que ver cómo incorporarlos en lo que hace a la generación de puestos de trabajo».

Al respecto, Lozano reveló que equipos de la CEPAS han estado en contacto con funcionarios del Ministerio de Trabajo y con legisladores para ver «la posibilidad de incorporar la suma que obtienen de un plan social a una masa salarial que pueda después completar el ingreso».

El obispo aclaró que «tampoco con un plan social de 5 mil o 6 mil pesos una persona, una familia puede vivir dignamente» pero estimó que «si eso se puede sostener y a su vez agregar una suma de dinero por un trabajo rentado, eso es un camino como para ver como escapar a esta especie de trampa que hay entre el plan social versus fuentes de trabajo, que es una tensión que no debiera existir».

A propósito de esto, Lozano resaltó que «si una persona por trabajar 8 horas está cobrando lo mismo que un plan social, es que la están explotando» y es que existe «una condición de ilegal de contratación».

Preguntado sobre si existe explotación laboral en la Argentina, el presidente de la Comisión Episcopal respondió que «hay lugares en los que si» y recordó que la Iglesia ha señaldo «en forma reiterada» la existencia de «la trata de personas para la explotación sexual pero también para la explotación laboral».

Lozano señaló que hay cantidad de personas que trabajan «en talleres clandestinos tanto en la ciudad de Buenos Aires como en otros lugares del país, o los que se dedican a la horticultural que son también explotados, los que son llevados en camiones y que viven casi al aire libre en tiempos de cosechas en algún lugar de nuestro país, menores que son dedicados también al trabajo».

«Hay una serie de nichos de trabajo no registrado, mal remunerados y a veces realizados en condiciones prácticamente de esclavitud», concluyó.

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