Los disparos se produjeron el viernes. Una jornada en la que ni el presidente Obama ni su esposa se encontraban en el edificio. Pero el suceso alarmó la seguridad de la Casa Blanca, que no sufría un incidente similar desde 1994.
El servicio secreto atribuye los disparos a Ortega: un hispano de 21 años al que vieron huir el viernes en un vehículo que luego dejó abandonado junto al arma en la avenida de la Constitución de la capital.
Las autoridades explicaron que el sospechoso disparó desde fuera del perímetro de seguridad y aseguran que desde esa distancia sus balas eran inofensivas para cualquiera que estuviera en el interior del edificio.
Sin embargo, uno de los disparos impactó contra los cristales reforzados de la fachada sur de la Casa Blanca, mientras que otra bala se encontró este martes en un terreno cercano. Un detalle no menor para los que se encargan de la seguridad del edificio.
Ortega, a quién se le atribuyen problemas mentales, mide 1,80, pesa unos 80 kilos y tiene hasta 19 antecedentes penales. Uno por robo y la mayoría por drogas y violencia doméstica. Sus padres denunciaron su desaparición a fines de octubre
La semana pasada la policía lo arrestó por unas horas en una casa de okupas en Arlington (Virginia) y además de avisar a su familia que se encontraba bien. Pero, no había ningún cargo para poder retenerlo y desde entonces nadie había vuelto a saber nada sobre su paradero.
El servicio secreto sospecha que Ortega tiene una fijación con la Casa Blancay dice que lleva semanas en la zona , de hecho aseguran que se le ha visto varias veces por allí.