A casi 60 años de su nacimiento y cinco y medio después de renunciar a la violencia, la organización separatista vasca ETA entregó hoy a las autoridades francesas una lista de los depósitos donde guardaba las últimas armas que tenía en su poder, ubicados todos en Francia.
«La entrega unilateral» de las armas por parte de ETA «es un gran paso», afirmó el ministro del Interior francés, Matthias Fekl, al valorar el desarme en una declaración sin preguntas en la que tuvo palabras de recuerdo a «todas las víctimas» y confirmó que las fuerzas de seguridad galas trabajan para que el desmantelamientos de los arsenales se lleve a cabo «sin riesgo».
El presidente del Comité de Verificación Internacional (CVI), Ram Mannikalingam, fue quien confirmó el desarme total de ETA en conferencia de prensa en la localidad vascofrancesa de Bayona, cerca de la frontera con España.
«Es una ocasion histórica, estamos desarmando al último grupo armado que quedaba en Europa», aseguró.
«Con el apoyo de todos, este paso ayudará a consolidar la la paz», añadió el representante de este grupo de seis asesores con experiencia internacional en procesos de paz y seguridad, que fue creado en 2011, cuando ETA anunció el cese de su actividad armada, con la intención de posteriormente desarmarse.
ETA reveló la existencia de ocho «zulos» (escondites subterráneos) que están ubicados en el departamento 64 del país, en los Pirineos Atlánticos, según fuentes de la «lucha antiterrorista» citadas por la prensa española, aunque inicialmente se informó de que eran 12 los depósitos.
En su interior la organización guarda 120 armas, tres toneladas de explosivo y una multitud de munición y detonadores, dijeron los «mediadores» Michel Tubiana y Mixel Berhocoirigoin, del grupo civil autodenominado «Artesanos de la paz», que gestó la entrega.
En cada uno de estos arsenales se encuentran una veintena de mediadores a la espera de la llegada de la policía gala, que ya accedió a algunos de ellos, explicaron estas personas.
Antes, Mannikalingam sostuvo que «tras recibir la información de la geolocalización de los zulos, ésta fue puesta a disposición de las autoridades francesas, quienes se encargarán de asegurar y recoger las armas».
El emisario de ETA fue Jean Noël Etcheverry, el mismo activista de la izquierda independentista vasca que comunicó a mediados de marzo al diario francés Le Monde que la organización tenía previsto completar su proceso de desarmar el 8 de abril.
Los testigos de la entrega de la información sobre la localización -que tuvo lugar en la sede del municipio de Bayona- fueron el pastor irlandés Harold Good y Matteo Zuppi, representante del Vaticano, también integrantes de los «Artesanos de la Paz».
Estas personas son las que convocaron el «día del desarme», una serie de actos para escenificar el respaldo de la sociedad vasca a la iniciativa de ETA. Entre las actividades, programaron un cine forum, una mesa redonda y una concentración en una plaza Roland Barthes, donde esta tarde se leerá un manifiesto por la paz.
Ayer, ETA declaró que ya era una «organización desarmada», puesto que las armas y explosivos que tenía bajo su control se encontraban «en manos de la sociedad civil», según una carta publicada por la cadena británica BBC a menos de 24 horas del día que se había señalado para la entrega del arsenal.
Frente a este histórico anuncio y la forma peculiar en que se está llevando a cabo el desarme, sin haber sido acordado de forma directa de las autoridades de Francia y España, el Ejecutivo español del conservador Mariano Rajoy insistió en que ETA debe disolverse sin esperar contrapartidas.
Todos los partidos políticos vascos menos el Partido Popular (PP) de Rajoy respaldan el proceso de desarme, mientras el gobierno regional del País Vasco, en manos del nacionalista Iñigo Urkullu, se mostró comprometido e intercedió para evitar que se frustrara la entrega de armas.
El histórico líder independentista vasco Arnaldo Otegi, quien salió de prisión hace un año, destacó que «el desarme de ETA es una buena noticia», pero «todavía queda mucho por trabajar, entre otras cosas para resolver «la situación de los presos etarras», en referencia a los más de 300 que cumplen condena en cárceles de España y Francia.
Tras confirmarse el desarme, el siguiente paso «lógico» sería que ETA anunciase su disolución, un paso que contribuiría, a un cambio en la política penitenciaria», sostuvo el diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Josefa Egibar.
«El desarme llega tarde para la sociedad vasca y las miles de personas y familias que han sufrido el terrorismo en sus carnes por lo que no es día para celebrar, sino para recordar a quienes lo padecieron y a la sociedad civil que se enfrentó al terrorismo», dijo a su turno el socialista Enero Andueza, a pesar de que su partido respaldó el paso histórico de ETA.
Las organizaciones de víctimas, por su parte, consideran que ETA fue «derrotada» por las fuerzas de seguridad y que el gobierno español debe garantizar que no obtendrá ningún tipo de rédito ni impunidad con este «acto de propaganda».
En ese sentido, la diputada del PP Laura Garrido sostuvo que desarme es «el acto final de la rendición de ETA»; y recordó que en el País Vasco no hubo «ningún conflicto armado» sino una «banda asesina y totalitaria», por lo que ahora su partido estará atento a que el relato de los hechos tras el desarme se corresponda con «la verdad», según declaró al diario El Correo vasco.
La organización separatista vasca ETA, cuyas siglas significan «Euskadi ta Askatasuna» (Patria Vasca y Libertad), nació el 31 de julio de 1959 en el seno de un grupo de jóvenes nacionalistas forjados en la lucha contra la dictadura de Francisco Franco.
El 20 de octubre de 2011 dejó atrás 43 años de lucha armada por la creación de un País Vasco independiente de España y Francia, conflicto que dejó dejó 914 muertos, de los cuales 850 fueron causados por los separatistas, la mayoría en atentados.
Fuento: Telam