Convocados por el carismático líder de Al Fatah encarcelado hace años, Marwan Barghouti, la medida comenzó en la medianoche local, coincidiendo con el Día Nacional de Solidaridad con los Presos Palestinos, que se celebra cada 17 de abril desde 1974, con el fin de exigir el aumento del régimen de visitas, el fin del aislamiento y del régimen de detención administrativa.
El sistema, implantado en el entonces protectorado de Palestina por la potencia colonial. Reino Unido, antes de la Segunda Guerra Mundial, permite a las fuerzas de seguridad retener personas sin cargos, sin juicio, y por períodos que se renuevan indefinidamente a voluntad de las autoridades policiales.
En medio de la huelga, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abbas, le pidió a la comunidad internacional que reaccione.
«La situación está destinada a empeorar si el gobierno israelí persiste en negarles sus derechos básicos y tratarlos con dignidad como exigen los acuerdos internacionales, en particular la Cuarta Convención de Ginebra», advirtió el mandatario palestino en un comunicado.
Por su parte, en cambio, Israel continuó negando que se incumplan los estándares internacionales de detención y resaltó que los encarcelados están «condenados por homicidio y terrorismo».
«Los prisioneros palestinos no son presos políticos. Son terroristas y asesinos sentenciados. Fueron llevados ante la Justicia y son tratados de acuerdo al derecho internacional», declaró el vocero de la Cancillería israelí, Emmanuel Nahson.
La posición de Israel suele generar tensión en los territorios palestinos y este lunes, al inicio de la huelga de la hambre, no fue la excepción.
Varias manifestaciones dominaron las calles en Cisjordania y, como es usual, terminaron siendo reprimidas por el Ejército israelí. En Belén, cuatro manifestantes palestinos fueron detenidos por lanzar piedras en un cruce fronterizo con Jerusalén, según informó la vocera policial Luba Samri.
Alimentando aún más al clima de tensión, Marwan Barghouti, el líder de Al Fatah en prisión desde 2002 por cometer ataques durante la Segunda Intifada -entre 2000 y 2005- y promotor de la actual huelga de hambre, publicó este lunes una carta en el periódico estadounidense The New York Times, en la que acusa a Israel de «establecer un doble sistema legal».
«Una forma de apartheid judicial, que da una impunidad virtual a los israelíes que cometen crímenes contra palestinos, mientras que criminaliza la presencia y resistencia palestinas», escribió desde la cárcel de Hadarim, donde cumple cinco cadenas perpetuas.
Télam