La jefa de Alternativa para Alemania (AfD), Frauke Petry, informó este miércoles que no liderará esa fuerza política en las próximas elecciones generales, un anuncio que se produce a tres días del congreso del partido y mientras los sondeos apuntan a un debilitamiento de la formación.
En un mensaje difundido por video, Petry afirmó que no encabezará la lista y que tampoco está «a disposición» de ningún equipo que se proponga liderar la formación en los comicios convocados para el 24 de septiembre.
Petry es el rostro más mediático de AfD y representa también a su ala más moderada, que desde hace meses trata de contener a sus representantes más radicales, como Björn Höcke, un líder regional contra el que se abrió expediente de expulsión, o Alexander Gauland, vicepresidente federal.
Su renuncia coincide con los preparativos del congreso federal, que comenzará el sábado en Colonia, en el oeste de Alemania, y estará marcado por las disputas internas, de un lado, y por las múltiples marchas de protesta convocadas por grupos izquierdistas, de otro.
El congreso debe servir para «abordar cuestiones programáticas y contenido», en lugar de enzarzarse en «personalismos», apunta Petry en su mensaje, consignó la agencia de noticias EFE.
Al partido le falta una «estrategia cohesionada», prosigue la líder de AfD, quien comparte la presidencia colegiada de la formación con Jörg Meuthen, más decantado hacia el ala radical del partido que ella.
AfD, fundado en 2013 como fuerza aglutinante del voto euroescéptico, quedó a las puertas de entrar en el Bundestag (Parlamento federal) en las generales de ese año, al lograr algo menos del 5% de los votos, mínimo para acceder a escaños.
A raíz de la crisis migratoria, en 2015, dio un giro hacia una abierta xenofobia y capitalizó con ello el voto de protesta contra la llegada de refugiados a Alemania.
A partir de ahí empezó a despegar en las sucesivas elecciones regionales celebradas entre 2015 y 2016 hasta alcanzar el resultado récord del 24% en Sajonia-Anhalt, un Land (estado federado) del este del país.
A principios de año, se le pronosticaba entre un 11 y un 13% en los comicios generales, además de quedar convertida en tercera fuerza, tras los conservadores de la canciller alemana, Angela Merkel, y los socialdemócratas.
Pero sus continuas trifulcas internas y escándalos de sus líderes más radicales le han hecho perder posiciones en la intención de voto y, según una encuesta difundida hoy, ahora se le pronostica un 7%, por detrás de los dos grandes formaciones y también de la Izquierda.
Tal resultado le garantizaría el acceso al Bundestag, lo que hasta ahora no ha conseguido ningún partido de ultraderecha, pero quedaría claramente por debajo de sus expectativas.
Fuente: Telam