Tras las modas de las cervecerías, llega la… ¡fernetería!

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En un terreno límite entre Ituzaingó y Castelar, el objetivo no es abordar la oferta espumante de la cerveza o ir por un buen café, pastas o carnes. O salir a bolichear. No, la meta es más peculiar: hacer una cata de fernet en…. la primera fernetería del mundo. O algo así es como se promociona N53. Incomprobable, de por sí.

Hablemos del fernet, bebida de apariencia oscura, proveniente desde la Lombardía italiana y la cual nuestros abuelos usaban con fines puramente digestivos o medicinales (tomándolo puro, obvio) hoy se busca amoldar a decenas de barras, siguiendo el espíritu retro de sus hermanos aperitivos: mezclados con gaseosas de distintos sabores y jugos que le buscan ganar la pulseada a la mítica bebida cola. ¿Tiene rival el fernet con coca? ¿Es correcto cruzar el fernet con agua tónica, soda u otro tipo de bebidas o exprimidos? La etílica polémica está servida.

El sonido hard rock en el ambiente (con los Guns N´Roses a la cabeza) patina con las luces bajas que destilan las lamparitas vintage, figurita repetida en flamantes locales nocturnos. Mientras observo los toneles de acero inoxidable, por detrás de una barra de bebidas, mi vista se deposita en una mesa cercanas: una pareja joven que marida su comida con… cerveza. No me da buena espina y más si estamos en tierra de fernet. Pero no me quiero dejar llevar por el prejuicio de no estar acostumbrado a acompañar comidas con aperitivos. Veamos.

Llega a la mesa el Full House, una degustación de las seis variedades de la casa. A saber: premium/clásico, mastership y la exclusiva barrel blend a la que se suman las tres versiones saborizadas (citrus, maracuyá y berries), cada una presentadas en botellitas de boticarios que le dan el aire vintage que tan bien sientan por estas épocas. Un consejo: un agua natural bien cerca antes de empezar la cata. Entre vaso y vaso de fernet, un sorbito enjuagará nuestros sentidos.

Primero un poquito del elixir puro y luego, previa sugerencia de Javier -encargado del lugar- la mezcla en cuestión. Empezando por el fernet clásico puro, sabe en boca bien dulzón. Al mezclarlo con la bebida gaseosa cola, retrotrae a los escasos momentos del ADN fernetero. Luego llega el barrel blend, un fernet que calza para los amantes del whisky americano, como este escriba. Dos años de añejamiento en barricas de roble (a diferencia de los tanques de acero inoxidable del resto de los varietales) le dan una estirpe amaderada, seca, pero a su vez, amable al paladar. Ideal para tomarlo como viene y no mezclarlo. Si, puro, vale la pena animarse.

Nero 53 (que es la marca de la bebida) busca darle una identidad boutique/premium al fernet ya que sólo está disponible en vinotecas, lejos de las gondolas de los supermercados. «¿Eso no resta ante el imperante caracter popular de la bebida?», pienso mientras llega el momento frugal de la noche con el fernet citrus, el más suave, en dónde el caracter cítrico choca con la esencia amarga del fernet. Al ser combinado con una bebida a base de limón, enaltece su frescura.

Sigue el empalagoso berrier, a base de frutos rojos, que, cruzado con agua tónica, resalta más el gusto a mora, frambuesa, frutilla y arandanos. La misma línea sigue el fernet a base de maracuyá, un mix ideal con bebida a base de naranja. Para el final, asoma el «conquistador», el viajero: Master Ship, el más amargo y potente de todos, a base de anís, que se puede rebajar con una bebida energizante o pomelo. Un cross de derecha, directo al paladar.

En Ituzaingó, el fernet también dice presente en la comida, lo más arriesgado y, quizás, innecesario de la propuesta: traspasar los límites del gusto característico del fernet, bien amargo, ya es un valiente reto, rebelde, pero.. ¿crear salsas a base de esta bebida mueve la aguja? Para nada, tanto las broschettas de cerdo o las croquetas rellenas de queso no varían en su sabor por las salsas a base de fernet citrus, maracuyá y berrier. Lo que si suma son los cocktails, con una oferta de una docena de tragos a base de fernet, como el frugal Visconti, a base de fernet citrus, cointreau, whisky bourbon, ginger ale y menta.

Esta fernetería es una propuesta arriesgada, y distinta, para animarse a cruzar una bebida emparentada con una sola opción de mezcla. En la variedad, sin duda está el gusto.

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