La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, eligió la localidad de Halifax, en el norte de Inglaterra y bastión laborista, para dar a conocer su manifiesto para las elecciones anticipadas del 8 de junio, cuando espera aumentar abrumadoramente sus escaños en la Cámara de los Comunes (tiene 330 de un total de 650), como anticipan los sondeos.
El contenido del programa electoral pareció revelar una intención de May de romper con el legado «tory» de su antecesor y correligionario David Cameron, que favorecía a las clases medias con beneficios fiscales, para centrarse en políticas sociales, como ayudas a los ancianos y más fondos para educación y salud.
Ambas son áreas de mayor inquietud entre los votantes de la oposición laborista, del líder Jeremy Corbyn, quien el martes pasado presentó una plataforma electoral con algunas de las propuestas más radicales de los últimos tiempos.
Entre éstas se incluyen subir los impuestos a los que más ganan, elevar el gasto en infraestructura, renacionalizar el ferrocarril, la energía y las empresas de aguas y crear bancos de desarrollo.
Por el momento, los sondeos otorgan una amplia victoria a los conservadores de la primera ministra, Theresa May, y confirman que el laborismo sigue sumido en una crisis interna, provocada por la cada vez más evidente ruptura entre el aparato más moderado y de centro-derecha del partido y la nueva dirección de Corbyn, que intenta recuperar las bases socialdemócratas de la fuerza política.
Al mismo tiempo, la jefa del gobierno se mostró firme ante el Brexit al reiterar que el Reino Unido abandonará el mercado único europeo y la unión aduanera, lo que permitirá un control de la inmigración, y que someterá a la votación parlamentaria el acuerdo final sobre la salida británica de la Unión Europea (UE).
Con este programa, May ha dado un guiño a los votantes laboristas todavía no convencidos con el liderazgo de Corbyn y también a los seguidores del ultraderechista Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), al confirmar medidas sociales y las promesas sobre sus objetivos para la negociación del Brexit con Bruselas.
Al dar a conocer su manifiesto, titulado «Forward Together» (Juntos hacia delante), la primera ministra pidió el apoyo del electorado ante el Brexit a fin de afrontar un «viaje trascendental» y el periodo de «mayor desafío» que haya vivido el Reino Unido en 60 años.
Al insistir en la necesidad de contar con un liderazgo fuerte en las negociaciones del Brexit, la primera ministra dijo que se «puede y se deben» aprovechar las oportunidades para crear un Reino Unido que valore la «meritocracia», sin importar si procede o no de un entorno familiar privilegiado.
Entre otras cosas, el texto confirma que el Reino Unido seguirá en la Convención Europea de Derechos Humanos y descarta aceptar un referéndum sobre la independencia de Escocia hasta que terminen las negociaciones sobre el Brexit, previsiblemente en 2019.
En materia de inmigración, el gobierno de May, si gana el 8 de junio, obligará a las empresas a pagar más por la contratación de inmigrantes de fuera del bloque europeo y, a su vez, éstos deberán hacer un aporte mayor por beneficiarse de la sanidad pública.
El pasado abril, May anunció su decisión de adelantar las elecciones generales al 8 de junio, en vez de esperar a agotar la legislatura en mayo de 2020.
El líder laborista británico, Jeremy Corbyn, presentó este jueves su programa para las elecciones anticipadas del próximo 8 de junio y sorprendió con algunas de las propuestas más radicales de los últimos tiempos: subir los impuestos a los que más ganan, elevar el gasto en infraestructura, renacionalizar el ferrocarril, la energía y las empresas de aguas y crear bancos de desarrollo.
Al presentar la plataforma electoral, Corbyn destacó que los ciudadanos británicos «quieren un país que esté dirigido para la mayoría, no para unos pocos», y se lamentó porque el país «ha vivido lo contrario, un Reino Unido gestionado para los ricos, la élite y los intereses particulares», según la agencia de noticias EFE.
Por el momento, los sondeos otorgan una amplia victoria a los conservadores de la primera ministra, Theresa May, y confirman que el laborismo sigue sumido en una crisis interna, provocada por la cada vez más evidente ruptura entre el aparato más moderado y de centro-derecha del partido y la nueva dirección de Corbyn, que intenta recuperar las bases socialdemócratas de la fuerza política.
Fuente: Telam
