La máxima fiscal de Suecia anunció hoy el cierre de una investigación contra Julian Assange por denuncias de violación, siete años después de su inicio y a casi cinco de que el fundador de WikiLeaks se refugiara en la embajada de Ecuador en Londres para evitar su extradición al país nórdico.
Aunque la decisión implica el levantamiento de la orden de arresto europea contra el ciberactivista y periodista australiano, la policía británica advirtió que lo detendrá si sale de la embajada por haber violado en 2012 la libertad bajo fianza que le había concedido la Justicia del Reino Unido.
La primera ministra británica, Theresa May, reafirmó que cualquier decisión relacionada con el caso del fundador de WikiLeaks corresponde «a la policía».
«Cualquier decisión que se adopte sobre las medidas del Reino Unido sobre él, si abandona la embajada ecuatoriana, sería un asunto operacional que corresponde a la policía», apuntó hoy May a varios medios.
Preguntada sobre si Londres respaldaría ahora una petición para entregar a Assange a Estados Unidos, la «premier» conservadora respondió que su Gobierno «valora las peticiones de extradición caso por caso».
En su primera reacción, Assange aseguró en su cuenta de Twitter que no perdona ni olvida
«Detenido durante siete años sin cargos mientras mis hijos crecían y mi nombre se difamaba. No perdono ni olvido», afirmó.
Posteriormente, en declaraciones ante un centenar de personas y los medios de comunicación, desde el balcón de la sede diplomática, agregó que si bien celebraba la decisión de la fiscalía sueca como «una victoria muy importante» tenía en claro que «la guerra acaba de comenzar».
El periodista sostuvo que el Reino Unido «aseguró que me arrestará de todas formas, y Estados Unidos, la CIA y el Fiscal General estadounidense han dejado claro que tanto yo como otros miembros de WikiLeaks no tenemos derechos y que nuestra detención es una prioridad».
El australiano también se congratuló por la «victoria importante» de la ex soldado estadounidense Chelsea Manning, quien salió de prisión el viernes después de siete años privada de libertad, y dio las gracias «a Ecuador y a su gente» por haber estado a su lado «soportando una presión asfixiante».
El próximo 19 de junio, Assange, que ha negado siempre las acusaciones contra él, cumplirá cinco años asilado en la embajada.
Al respecto, y pese a las advertencias de la policía británica, el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, dijo en su cuenta de Twitter que espera que el Reino Unido conceda «con prontitud» un salvoconducto a Assange para poder salir de la embajada sin ser detenido dado que «la orden de arresto europea contra el Sr. Assange ya no tiene validez».
Fuente: Telam