Mundial Sub 20. Uruguay y Venezuela, frente a frente en la semifinal: por qué ellos pueden y nosotros no

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Será cuestión de entender que la evolución en el fútbol sudamericano encadena cachetazos contra la soberbia de la pelota en la Argentina. Sin trabajos serios y a largo plazo está la evidencia: por segunda vez consecutiva el seleccionado juvenil de la Argentina quedó afuera de una Copa del Mundo Sub 20. Y el baño de realidad llega de la mano de Uruguay y Venezuela, que este jueves estarán frente a frente en una de las semifinales del Mundial de la categoría que se está disputando en Corea. Mientras en el fútbol doméstico se eligió a Claudio Úbeda a las apuradas y casi sin saber cuál era su metodología de trabajo, los charrúas cuentan con un proyecto de más de 10 años de la mano de Fabián Coito y la vinotinto apostó por Rafael Dudamel con un contrato por cuatro años y ya le firmó un nuevo vínculo por otros cuatro más.

«Al no tener tiempo de trabajo, involucionamos», fue una de las frases de la última entrevista que Claudio Úbeda le dio a LA NACION. Y la mirada es exacta. Sólo hace falta revisar cómo fue la evolución de los procesos de venezolanos y uruguayos para entender el contexto. Porque en el año 2013, Dudamel comenzó a armar este equipo con la selección Sub 17 que tuvo una tarea destacada en el Sudamericano de la categoría en San Luis. Mientras que en determinados gestos se puede entender por qué Uruguay es uno de los candidatos al título: en 2015 perdió la final del Sudamericano con la Argentina, y no sólo que se quedó sin el campeonato sino que el seleccionado celeste se quedó afuera de los Juegos Olímpicos de Río, sin embargo, sostuvieron a Coito, que hoy tiene al equipo a un paso de cetro mundial.

Cada uno de los entrenadores potenció a sus futbolistas. «La selección juvenil dejó de ser un trampolín; generó un sentido de pertenencia», dijo Coito en una entrevista al portal Referi, de Uruguay. Y la verdad que cuenta con talentos que más allá de su evolución al fútol auropero tienen un compromiso con su seleccionado: como Rodrigo Bentancur que fue vendido a Juventus, de Italia, con Nicolás Schiappacasse, que juega en Atlético de Madrid B, con el volante Federico Valverde, que actúa en el Real Madrid Castilla y con el defensor de 18 años Santiago Bueno, que milita el Barcelona Juvenil A.

Y en Venezuela, el trabajo de base se advierte desde la prédica de Dudamel: «El triunfo es consecuencia de un trabajo inteligente». Cuenta con futbolistas como Adalberto Peñaranda que pertence a Malaga, pero fue cedido a Watford, de la Premier League, el mismo equipo que también tiene en sus filas al defensor de 20 años, Williams Velásquez. Pero el seleccionado velezolano tiene otros talentos como el capitán Yangel Herrera, un volante ofensivo de 19 años que ya tiene un acuerdo con Manchester City.

La clave: el trabajo a largo plazo, tan simple como eso. Un proyecto que potencie el talento de los jóvenes. En la Argentina parece todo un lujo pensar en esas cuestiones.

Fuente: la nación

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