Mauricio Macri intervino personalmente en las peleas en Córdoba, uno de los distritos con mayor tensión para Cambiemos en el armado de las listas. El Presidente dio instrucciones sobre candidaturas y bajó la orden de firmar la unidad, de despejar el escenario de una interna el 13 de agosto. En rigor será el objetivo del Gobierno en todas las provincias: la Casa Rosada busca evitar disputas en las primarias, para silenciar ruidos, reducir daños, concentrar los esfuerzos en hacer campaña con la gestión y también en ese punto mostrarse como una contracara de los tironeos en el peronismo.
La bajada de línea coincidió con el reclamo de los radicales por los lugares en las listas y lo que consideraron imposiciones del macrismo al avalar o vetar ciertos candidatos de la UCR. Aun así desde ambos sectores coincidieron en que habrá acuerdo en la gran mayoría de los casos. En esta etapa de negociaciones aparecen los amagues de competencia, pero también la evaluación de los costos: en el PRO reconocen la superioridad territorial de los radicales en algunas provincias y los principales dirigentes de la UCR también prefieren evitar las disputas.
“Las internas dejan heridos. Lo vimos en la Ciudad en 2015, nunca es costo cero”, dijo a Clarín un funcionario con despacho en el primer piso de la Casa Rosada, con el recuerdo de aquella disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti que provocó enfrentamientos y divisiones en el macrismo con esquirlas que llegaron en las generales: parte de los votos de la actual vicepresidenta terminaron en Martín Lousteau. Precisamente esta vez no habrá primarias en Capital con el ex embajador en Washington, más que por las divisiones por la amenaza que implicaría de cara a 2019, en el distrito originario del PRO.
En la provincia de Buenos Aires un sector del radicalismo había amagado con competir, aunque el desafío se diluyó enseguida. La propia gobernadora María Eugenia Vidal se sumó al operativo para evitar la puja interna, incluso a nivel municipal.
“Tiene que estar claro que el mensaje de la campaña es en defensa del Gobierno. Una interna siempre genera ruidos”, también se hizo eco de la línea que bajó Macri uno de los encargados del armado en las provincias. Córdoba aparece en el primer lugar con la necesidad de bajar la tensión para evitar una disputa, luego Santa Fe, Chubut, Río Negro, La Pampa y Tierra del Fuego.
El macrismo se plantó con Héctor Baldassi para el primer lugar de la lista y Gabriel Frizza -intendente de Jesús María- para el tercero; el radicalismo podría aceptar la posición del ex árbitro aunque intentará ubicar más atrás a Frizza. El escenario es complicado a su vez por las pujas internas de la UCR, entre el intendente cordobés Ramón Mestre, el ministro Oscar Aguad y el diputado Mario Negri.
“En algunos casos, desde las provincias, las primarias bien estructuradas podrían tener un sentido para definir liderazgos locales, pero la óptica nacional es minimizar el ruido y no dar ventajas como Gobierno”, evaluó un referente del PRO en el distrito.
En Santa Fe, el concejal radical Jorge Boasso asegura que se presentará a la interna para diputados nacionales e incluso que rechazó un cargo en el Gobierno nacional para no bajarse de su candidatura. La lista con apoyo de la Casa Rosada estará integrada por Albor Cantard, Luciano Laspina y Lucila Lehmann.
“Desde el radicalismo lo dijimos de entrada. Una interna distrae energías, genera diferencias. En el Gobierno lo mejor es concentrarse en la gestión y alinear la gestión con la campaña”, dijo un encumbrado dirigente de la UCR, aun con las quejas de sus correligionarios por los espacios, entre la contención hacia adentro del partido y un pase de factura para el macrismo: “Nosotros trabajamos para que al Gobierno le vaya bien, no nos pueden mandar a buscar los diputados a una interna y que el Presidente apoye la otra lista”.
Clarín