El tercer aniversario del califato, proclamado por el líder del EI Abu Bakr al Baghdadi en la Mezquita Al Nuri, de Mosul, el 29 de junio de 2014, transcurrirá en momentos en los que el ejército iraquí, apoyado por fuerzas de la coalición, se aprestan a ocupar Mosul y Al Raqqa, los principales bastiones yihadista en Irak y Siria, respectivamente.
Un signo del retroceso y de la inminente caída de Mosul en manos de tropas gubernamentales, fue la decisión tomada por la milicia hace una semana -el pasado 21 de junio- de volar por los aires la mezquita en la que inició su proyecto que no reconoce de fronteras políticas ni divisiones administrativas en los dos países donde se expandió territorialmente el EI.
En abril pasado, el portavoz de la Comandancia de Operaciones Conjuntas, Yahya Rasool, detalló que en junio de 2014 el EI dominaba más de 108.000 kilómetros cuadrados, es decir, cerca del 40% del territorio del país. Sin embargo, hasta el 31 de marzo de este año, ese espacio quedó reducido a tan sólo el 6,8%, afirmó Rasool, citado por la agencia de noticias Reuters.
El grupo extremista llegó a tener en sus manos amplios territorios del centro, del oeste y del norte del país, incluida Mosul, la segunda ciudad de Irak.
Desde 2015 y durante 2016, las fuerzas iraquíes expulsaron poco a poco a los yihadistas de las áreas que controlaban y de las principales localidades, como las urbes de Fallujah y Ramadi.
La ciudad de Mosul, en el norte de Irak, ha comenzado la cuenta atrás para la expulsión definitiva de los yihadistas que continúan atrincherados en el casco antiguo de la urbe, en la mitad oeste, en el marco de la ofensiva liderada por las fuerzas iraquíes y apoyada por la coalición internacional, comandada por Estados Unidos.
Entretanto, a unos 460 kilómetros al oeste de Mosul, el grupo islamista radical resiste en su «capital» siria, Al Raqqa, donde las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza armada liderada por milicias kurdas y apoyada por Estados Unidos, lanzaron la batalla final para liberar la zona en noviembre del 2016.
Según las Naciones Unidas, todavía hay más de 100.000 civiles en las áreas controladas por el EI. La presencia de no combatientes hace que el avance del ejército sea aún más lento. Los implacables bombardeos aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos son una de las tácticas más usada por las fuerzas iraquíes para aplanar, literalmente, las posiciones de los extremistas.
Fuente: telam