El juez federal Sergio Torres le pidió al general José Luis Yofre, a cargo de la Casa Militar, la repartición que se ocupa de la seguridad en la Casa Rosada que establezca un plan a «corto, mediano y largo plazo» para mejorar y reforzar la protección de la Casa de Gobierno.
El juez hizo el pedido luego de que el 21 de junio pasado sucediera un hecho que no pasó a mayores pero que pudo haber sido gravísimo y que mostró algunas falencias de seguridad en la Casa Rosada.
A las 2:44 del miércoles 21 de junio un Renault 19 gris del año 1997 ingresó a la calle Balcarce, que pasa por el frente de la Casa Rosada y que está-desde hace años- restringida al tránsito. Se detuvo frente a las rejas que están delante de la entrada principal de la Casa Rosada: en Balcarce 50. Allí donde durante el día están apostados dos granaderos no había nadie. Chocó con el auto contra las rejas dos o tres veces hasta que venció la resistencia del metal y enfiló hacia adentro de la Casa Rosada por una especie de pasillo delimitado por vallas.
A poca velocidad chocó contra el umbral de mármol que hay que pisar para acceder a la mismísima Casa Rosada. Y ahí se detuvo. El viejo Renault 19 quedó allí, a centímetros de ingresar a la Casa de Gobierno. Infobae pudo reconstruir el hecho a partir de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad que están instaladas en el edificio de la AFIP, en diagonal a la Casa de Gobierno.
El conductor bajó del auto. Estaba en estado de shock. Gritaba. Se la acercó un policía quien ante la extraña situación pidió refuerzos. Mientras llegaban otros efectivos, del Renault 19 descendió en ayuda de su dueño, un perro Pitbull bayo atigrado de cuatro años.
El conductor del auto, CP, tiene 41 años, es formoseño padre de dos hijos: uno de 21 y otra de 14. Está casado y vive en un barrio humilde en Lanús. Fue detenido: para lograrlo hizo falta la presencia de varios policías. Es un hombre robusto de 1,80 m de altura y una fuerza descomunal. A la resistencia del hombre se le sumó la del perro que acudió a salvar a su dueño. Los policías dispararon para ahuyentar al animal que no tuvo heridas de consideración y luego de un largo derrotero volvió a la casa familiar en Lanús.
Según fuentes judiciales, era tanta la fuerza de CP que rompió un juego de esposas que le pusieron los policías. Los policías llamaron al SAME y los médicos tuvieron que aplicarle un tranquilizante para calmarlo.
Cuando llegó con su viejo auto hasta la entrada de la Casa Rosada, CP, no estaba armado ni llevaba explosivos. De haberlos tenido la incursión podría haber resultado gravísima. No sucedió nada pero esa situación puso en alerta al sistema de vigilancia de la Casa Rosada. Por eso el juez Torres pidió que se estableciera un plan para mejorar la seguridad.
El hombre del Renault 19 gris fue llevado al Hospital Argerich y cada vez que se le iban los efectos de los tranquilizantes, se ponía agresivo. Se determinó que había fumado marihuana y tomado cocaína. Se supo con el paso de las horas que CP tiene un certificado de discapacidad emitido por el Ministerio de Desarrollo Social por padecer «trastornos delirantes persistentes».
Está desocupado y bajo tratamiento ambulatorio desde hace tres años. Según informaron sus familiares a las autoridades judiciales, había dejado de tomar la medicación hace unos meses.
Cuando se le preguntó por qué había intentado entrar a la Casa Rosada dijo que el día anterior (el feriado del 20 de junio) había querido ingresar a la Casa de Gobierno, luego de un viaje en colectivo, y no se lo habían permitido. Eso lo había enojado. Relató también que en la zona de la Casa Rosada había visto mucha gente sin escarapelas, algo que le molestó mucho más aún.
Llegó a su casa, sacó a pasear al perro y tres hombres le intentaron robar las zapatillas. Se resistió. Y fue entonces que decidió ingresar como sea a la Casa de Gobierno. Se subió a su auto y manejó desde Lanús a Plaza de Mayo. Quería entrar a la Casa Rosada. Y casi lo logra.
Una de las profesionales que lo entrevistó, señaló que se mostró agresivo durante la charla pero se emocionó cuando habló de su hija que cumple 15 años en breve. «No tengo para hacerle la fiesta», explicó. Dijo estar sin trabajo hace tres o cuatro años (hacía tareas de albañilería) y relató que su hija estudia y su mujer trabaja como empleada doméstica. En el informe médico se estableció que CP «se encontraba por momentos desorganizado, con ideas sobrevaloradas de tipo reivindicatorias en torno a la Patria y cambiar las condiciones actuales del país».
El diagnóstico de quienes lo revisaron señala que CP presenta «un índice elevado de impulsividad y agresividad constituyendo un riesgo cierto e inminente para sí y/o terceros por probable cuadro psicopatológico de base…». Ante esa situación el juez Torres decidió que CP deberá pasar los próximos días internado en las instalaciones del Programa Interministerial de Salud Mental (Prisma) del hospital del la cárcel de Ezeiza.
Ante uno de los médicos que lo examinó CP quiso saber si su irrupción en la Casa Rosada había sido publicada en los medios. Cuando le dijeron que no, se mostró contrariado. Y preguntó en voz alta: «¿No se enteraron los medios? ¿Por qué? ¿Cómo puede ser?»