La Federación Argentina de Lucha contra las Hepatitis Virales (F.A.L.Hep.Vir.), formada por ocho asociaciones civiles, fundaciones y grupos de pacientes de distintas provincias, solicitó una audiencia con el presidente de la Nación para dialogar sobre las problemáticas de la hepatitis C en nuestro país.
Al tratarse de una enfermedad que afecta a más de 400.000 argentinos y que hoy se puede curar a más del 95 por ciento de los pacientes con los medicamentos nuevos que ya están aprobados en nuestro país, sostienen que “resulta de vital importancia que el Estado se comprometa y genere políticas públicas concretas e integrales para erradicar la hepatitis C de nuestro país”.
“Si contáramos con la cura del cáncer, habría consenso absoluto y nadie dejaría que siga muriendo ni una persona por cáncer. Tenemos los tratamientos que curan la hepatitis C, una enfermedad que progresa y es la primera causa de cirrosis, de cáncer de hígado y de trasplante hepático. Es inconcebible que como sociedad no estemos todos unidos para erradicar este virus. Por eso queremos que el Presidente de la Nación nos conozca, nos escuche y dimensione la problemática de la hepatitis C en nuestro país”, refirieron desdeF.A.L.Hep.Vir.
“Como argentinos, tenemos la oportunidad de marcar un precedente a nivel mundial en la erradicación de una enfermedad compleja, severa y de carácter epidémico. Pocas veces en la historia de la medicina existió una posibilidad así, pero para lograrlo es necesario el compromiso sostenido de distintos actores del sistema de salud, impulsados por una política pública clara del Gobierno Nacional”, sugirió la Dra. Patricia Gallardo, miembro de FAL.Hep.Vir y Presidente de la Fundación Sayani de Jujuy.
Las autoridades de la Federación reconocen que ya se han dado algunos pasos en la lucha contra las hepatitis virales, fundamentalmente a través de la inclusión en el calendario de las vacunas contra las hepatitis tipo A y tipo B, que ha tenido un impacto dramático en la reducción de trasplantes hepáticos y muertes. En el caso de la hepatitis C, la conformación de un Programa Nacional y la primera compra de medicamentos, que sucedió hacia fines de 2015 muestran un claro interés en esta línea.
“Queremos que el Estado Nacional sepa que siempre encontrará en los pacientes un aliado para luchar contra las enfermedades del hígado. Que nos reciba en julio y nos escuche sería un mensaje muy contundente, porque es el mes de lucha contra las Hepatitis Virales y todos los miembros de la federación estamos llevando adelante iniciativas en nuestras ciudades para darle mayor visibilidad a la problemática”, remarcó Miguel Tissera, paciente curado, miembro de F.A.L.Hep.Vir y Presidente de la Fundación Hepacor, de Córdoba.
Hace unas pocas semanas, el Programa Nacional de Hepatitis Virales confirmó a la federación que podrá participar de los encuentros para discutir el desarrollo de políticas públicas, lo que representa un verdadero avance para que la voz del paciente con hepatitis esté cada vez mejor representada en las discusiones relevantes que tienen lugar sobre este tema.
Detectar primero, curar después
Existe un elevadísimo subdiagnóstico de la enfermedad porque no da síntomas. Se estima que entre 6 y 7 de cada 10 personas que portan el virus no lo saben, por lo que éste va deteriorando su hígado sin que nadie lo note. “En este aspecto también es indispensable el compromiso del Estado para desarrollar campañas de concientización, iniciativas de detección y garantizar que luego los pacientes detectados puedan recibir el tratamiento que necesiten”, reconoció Rubén Cantelmi, paciente curado, miembro de F.A.L.Hep.Vir y Presidente de la Asociación Civil Buena Vida.
Hoy, con los medicamentos nuevos se puede curar más del 95 por ciento de los pacientes y se espera la próxima aprobación en el mundo de drogas llamadas pangenotípicas, indicadas para todos los genotipos del virus C y que curan a prácticamente el 100% de los casos. Es fundamental tratar a los pacientes rápido, antes de que la enfermedad progrese y comprometa el órgano, porque se puede eliminar el virus, pero no revertir el daño que ya se haya producido.
Como hasta 1992 no se conocía el virus de hepatitis C, no se sospechaba ni se buscaba en los tests. Por esta razón, mucha gente se ha contagiado mediante transfusiones de sangre y hemoderivados, procedimientos médicos u odontológicos sin tomar los recaudos adecuados, además de compartir jeringas o afeitadoras, o la realización de trasplantes o piercings sin esterilización del instrumental.
Desde la Federación recomiendan que todo argentino, y sobre todo los mayores de 50 años, hable con su médico para hacerse el test de hepatitis C una vez en la vida, que consiste en un simple análisis de sangre que es gratuito y se puede incluir en el chequeo de rutina.
Las entidades que la componen son Agrupación Venciendo al Silencio Por Menos Hepatitis (Santa Fe), AgruparC (Mar del Plata), Asociación Buena Vida (Buenos Aires), Fundación Sayani (Jujuy), HCV La Plata, Hepacor (Córdoba), Hepatitis Rosario y Hepatitis San Luis.