Edwin Cardona empieza a llenar el formulario de candidato a ídolo de Boca. ¿Es apresurado afirmarlo? Quizás, pero su rendimiento partido tras partido hace dudar incluso a los más escépticos. El colombiano, que se adueñó de la Nº10 y que rápidamente conquistó al entrenador Guillermo Barros Schelotto, fue una de las grandes figuras en la goleada por 5-0 del equipo sobre Gimnasia y Tiro, de Salta, por los 32vos de final de la Copa Argentina. Gol, toques mágicos y un carisma único fueron sus aportes más destacados en una noche mágica.
El enganche ocupa el lugar en el once inicial que dejó vacante Ricardo Centurión, a quien la dirigencia de Boca no le compró el pase y que siguió su carrera en Genoa de Italia. Sin embargo, tiene un estilo muy diferente. No es tan explosivo y encarador como Ricky, sino que su estilo es el de un enganche típico: buen manejo del balón, la pausa justa, destacada pegada y libertad de movimiento dentro de la cancha.
Ayer, Cardona fue el autor de un exquisito gol, el segundo del equipo del Mellizo. Tras una milimétrico pase de Fernando Gago, el colombiano se lució con un sutil toque ante la salida del arquero Leguiza y definió solo debajo del arco. Así, engrosó su estadística en Boca: cinco partidos (el de anoche fue el primero oficial), cuatro goles y dos asistencias. .Completo.
«Desde el día que llegué, lo importante era el acoplamiento, me dieron un apoyo extraordinario y parece que llevamos mucho tiempo», destacó el futbolista, de 24 años, en diálogo con TyC Sports. «Lo importante es mejorar ganando», agregó el colombiano, quien también ocupa un lugar importante en las consideraciones de José Pekerman en su selección.
El cariño de la gente no tardó en llegar. Y se lo demuestran en todos lados. En la calle, en la cancha y hasta en las redes sociales. Incluso, ayer muchos comenzaron a apodarlo de formas muy divertidas, como Crackdona, Cremona o, simplemente, Gordo.
La Nación
