El nuevo plan electoral del Gobierno para octubre: macroeconomía y micropsicología

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Una estrategia electoral se perfiló en los últimos días en el gobierno para encarar la campaña de aquí a octubre: bajo la idea de retener las provincias ganadas y alcanzar una victoria en aquellos distritos en los que les falta poco para triunfar, el Cambiemos buscará profundizar la pelea proselitista con un eje puesto en la macroeconomía y otro en la micropsicología de los votantes.

En la Casa Rosada y en la gobernación bonaerense se diagraman a grandes rasgos lo que será la «segunda etapa de la batalla electoral». En este contexto, desde el presidente Mauricio Macri hasta los últimos militantes en sumarse al proyecto buscarán apuntalar el discurso de «ratificación del cambio» que se dio en las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Pero para cada uno de los actores de Cambiemos está previsto un perfil de campaña determinado.

Según una ronda de consultas que realizó Infobae a ministros, secretarios de Estado, voceros de funcionarios y militantes de base , el esquema de campaña se desdoblará en dos planes concretos:

La macroeconomía. Si bien no habrá grandes cambios en el estilo de hacer campaña ni tampoco se harán grandes anuncios, la idea central del gobierno es mostrar más obra pública en las provincias y establecer un discurso conciliador con aquellos sectores de la oposición que puedan sumarse al votante de Cambiemos. El anuncio de ayer de aumento a los jubilados no lo incluyen como parte de la campaña porque es un incremento «automático» que surge de la ley de movilidad votada en la gestión anterior.

Los ejes de gestión para la macroeconomía que busca mostrar el gobierno alcanzarán la obra pública que falta terminar de aquí a octubre y también aquellos grandes proyectos que recién finalizarán el año que viene. Por caso, se potenciará el avance de las 350 obras de habitat a nivel nacional que se vienen desarrollando en todo el país. También se profundizará la ejecución de los 80.000 planes de vivienda social de los cuales estiman que 20.000 estarán finalizados antes de fin de año. Apuntarán a los créditos Procrear destinados a unos 90.000 beneficiarios y el esquema de construcción de obra pública de urbanización como planes de pavimentación y redes de cloacas.

«No habrá grandes anuncios del gobierno y el estilo de hacer campaña del presidente no se modificará. Lo único que puede ajustarse es un discurso bien definido de ratificación de un cambio político que chocará con el kirchnerismo y se acentúa en la Argentina», graficó a Infobae un secretario de Estado que forma parte del equipo de campaña que conduce el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Más allá de retener la victoria lograda por Cambiemos en provincias como La Pampa, San Luis, Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Santa Cruz, Jujuy y Neuquén, la intención del Gobierno es dar el batacazo final en octubre en al menos tres distritos donde están muy cerca de ganar como son: Chubut (hay un margen del 5% para el Frente para la Victoria), Tierra del Fuego (al frente Cambiemos le faltó 2,6% para ganar) y Santa Fe (donde al macrismo le faltan menos de 20.000 votos para triunfar ante el Frente Justicialista).

Como parte de esta estrategia de arrasar y apuntalar el voto en estos distritos habrá un nuevo desfile de ministros, secretarios de Estado y hasta el propio Presidente para reforzar el voto de Cambiemos. De hecho, por ejemplo, el ministro del Interior Rogelio Frigerio estará hoy en Chubut para apuntalar el voto en Comodoro Rivadavia. Todo esto forma parte de lo que se considera la estrategia electoral para la macroeconomía. También está prevista la presencia de Macri, Peña, Lilita Carrió y Dujovne en distritos clave.

La provincia de Buenos Aires la dan por ganada. No lo cuentan como uno de los distritos en los que perdieron, como dice Cristina Kirchner. Es más: aseguran que ganó Cambiemos por dos puntos contra Unidad Ciudadana. Sin embargo, María Eugenia Vidal y el propio Macri apuntalarán fuertemente la campaña en este distrito clave para desterrar de una vez el mito de «Cristina eterna».

La micropsicología. En el lado opuesto a este plan de campaña se piensa en apuntalar la estrategia electoral en el ciudadano común. «Hay que llegar al ciudadano que no nos votó, aquel que tiene dudas o el que no fue a votar con el convencimiento puro de que el gobierno está dispuesto a mejorar la vida de los argentinos en contraposición con el rumbo hacia Venezuela que plantea Cristina Kirchner», confió un ministro a Infobae.

Este plan busca hacer eje en una campaña mucho más compleja y fina como es la de revertir la psicología del votante opositor o dudoso. En este sentido, en el frente Cambiemos se pondrá en marcha toda una estructura de militancia, redes sociales y propaganda política que busque convencer a la ciudadanía de la idea latiguillo de Macri que es «la ratificación del cambio» que se instaló en la Argentina.

La apuesta mayor de este plan de propaganda psicológica fina es torcer el rumbo del votante de Sergio Massa o Florencio Randazzo. «Son dos espacios en los que Cambiemos puede llegar a tener un perfil similar de objetivos comunes de campaña como ser el voto institucional, el camino antichavista y la vereda del medio», abundó otro funcionario de la Casa Rosada.

¿Podrá el gobierno torcer al votante del massista puro o del seguidor pleno de Randazzo? Nada de ello. No se cree que puedan cambiar al votante fanático de esos sectores. Más bien, en la Casa Rosada hablan de una campaña psicológica para el votante «fluctuante». Es decir, aquel que votó a Massa o Randazzo sin grandes convencimientos pero que ahora podría inclinarse por un «voto útil» contra Cristina Kirchner con la boleta de Cambiemos en la mano. Hacia ese ciudadano apuntará la campaña micropsicológica.

No se trata de una tarea sencilla, evalúan en la Casa Rosada, ya que se deberá evitar cualquier traspié en la gestión y una señal más certera de Macri de que la economía mejorará en el corto plazo. También evalúan que para ratificar esta estrategia se necesitar el apoyo de algunas señales de la macroeconomía que modifiquen la vida cotidiana de los votantes.

A la vez, hay en esta estrategia psicológica una campaña que se buscará fortalecer en el ciudadano que no fue a votar el domingo pasado. Se trata nada menos que de más de un 25% del electorado. Allí hay un gran ejército de jóvenes de 16 años que votaban por primera vez y que no fueron a las urnas porque no es obligatorio.

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