Matanza en el Bataclan: Francia homenajea a las víctimas de los atentados de noviembre de 2015

0
399

Esta vez no había un verano indio en París. Esa temperatura agradable que llenó las terrazas de los cafés del barrio XX de París y permitió el 15 de noviembre de 2015 en una noche tan atroz como inolvidable, a los terroristas del ISIS llevar adelante en las veredas la peor masacre que recuerde la ciudad. En un día gris y helado, el presidente Emmanuel Macron, su esposa Brigitte, y el ex presidente Francois Hollande conmemoraron esta mañana el segundo aniversario de los atentados en París recorriendo, uno a uno, los siete lugares del horror. Desde el Stade de Francia, las terrazas de La Bonne Biére, Le Crillon, La Petit Cambodge, Comptoir Voltaire, Cosa Nostra, todos los bares, hasta llegar al Bataclan, el escenario donde murieron 90 de las 130 victimas y 413 heridos directos en los atentados consecutivos y simultáneos en la capital francesa.

Un silencio profundo, una ceremonia sobria, sin palabras. Con lágrimas del presidente, de la primera Dama Brigitte Macron, emoción intensa del ex presidente Francois Hollande y el entonces ministro Bernard Cazeneuve, que fueron los primeros en llegar al Bataclan, junto a la alcalde de París Anne Hidalgo, tras el ataque. Y un reproche unánime en cada homenaje al jefe de Estado: los familiares de las víctimas, los heridos, los huérfanos se sienten abandonados por el estado. La secretaria de estado de ayuda a las victimas, nominada por Hollande junto con una administración para hacerla menos burocrática, fue eliminada por Macron. Depende del ministerio de justicia. Hoy el acceso a las indemnizaciones y a los cuidados, especialmente psicológicos o protético, es para muchos inalcanzable. No tienen interlocutor.

Cuatro minutos tardaron el leer en nombre de todas las 90 víctimas del Bataclan, esa sala de conciertos donde tres terroristas sembraron el horror hasta que llegó un policía con su chofer, que escuchó en el Stade de France que había un incidente en el Bataclan. El mató con su Glock al primer terrorista. Luego llegó la toma de rehenes y más muertes. Un terrorista tocaba el piano y seguía con la masacre.

Así el Bataclan se convirtió en el símbolo de una noche de infierno, que aterrorizó París y al mismo tiempo, mostró lo mejor de su gente. Puertas abiertas para los que huían, aterrados, para los que no podían llegar a su casa y esa titánica misión de los médicos, los enfermeros, los ambulancieros del Hospital St Antoine, a apenas 600 metros de los atentados, que luego se extendió a todos los hospitales de París.

Macron y Brigitte habían llegado al Bataclan de la mano, luego de pasar media hora en la rue de Charonne, conmemorando a las 21 victimas del bar La Belle Epoque, en el barrio La Bastille, donde esa noche muchos celebraron un cumpleaños. Allí su dueño Gregory Reibenberg perdió a su mujer , su socio y a siete de sus próximos.

Todos estaban allí hoy. Menos los vecinos, que tan solidarios habían sido, colocados detrás de una barrera, por razones de seguridad.

La emoción de todos era tan profunda como el silencio. Un silencio como el que se produjo tras los atentados, solo alterado entonces por las sirenas de las ambulancias que recogían a los heridos. El presidente Macron llegó compuesto al Bataclan pero la sola evocación que representaban las letras rojas de la sala de concierto reconstruidas lo quebraron. A él, a Anne Hidalgo, al ex presidente Francois Hollande y el ex ministro Bernad Cazeneuve, que cerraban los ojos. Valerie Pecrese, la presidenta de la Ille de France, lloraba sin disimulo cuando el presidente abrazaba a un hombre, padre de una de las víctimas, conmovido. Seiscientas familias esperaron a Macron en el Bataclan, donde estaban también los diplomáticos.

Todas las ceremonias fueron idénticas, milimetradas. La delegación llegaba. Macron se instalaba al frente con la alcaldesa de París, dos militares acercaban una corona de flores debajo de la placa que había instalado el entonces presidente Francois Hollande el año anterior. Nadie hablaba salvo los familiares con el presidente o a la alcaldesa. Así lo había decidido Macron como el homenaje de la República a ellos. A Francois Hollande se lo vio angustiado, inquieto, incómodo, en esa línea protocolar donde no tenía contacto con las víctimas. Hasta que, en las terrazas, rompió ese protocolo y se acercó a la gente, al igual que en el Bataclan.

Los bares y restaurantes han reabierto. La vida sigue para ellos. Han dado vuelta la página. Los habitués han vuelto, como un símbolo de resistencia al horror.

Pero a estos homenajes muchas de los sobrevivientes, de los testigos de esa noche infernal no han querido estar. El dolor es intenso, el volver a vivir los tiros de Kalash, los gritos de los heridos, las muertos en la calle son una imagen que aún los tortura y no quieren revivir en este clima tan emocionante.

Jean Francos Mondegar es el padre de Lamia. Ella murió en La Belle Epoque celebrando un cumpleaños y el estuvo en esta conmemoración. Es él quien alerta. “No hay que olvidar a los heridos. Nosotros seguimos con la pena, el dolor. Pero no podemos dejar a un costado a los heridos, con sus traumas psicológicos y físicos. Yo no sé si las palabras existen para describir, para expresar lo que sentimos. En cada atentado, en Barcelona, en Londres, en Manchester, yo pienso que muchas familias están como nosotros cuando buscábamos a Lamia. Recorriendo hospitales, preguntando, llamando a sus teléfonos que no responden.

Hasta que los encuentran, muertos, como nosotros a Lamia, al día siguiente, a las dos de la tarde, en la morgue”, contó.

Michael Días perdió a Manuel, su padre, un chofer portugués que había llegado al Stade de France trasladando simpatizantes al match Francia Alemania, que presenciaba el entonces presidente Francois Hollande. El decidió no saludar a Macron. “Estamos abandonados los que debemos cobrar una indemnización y los heridos. Han suprimido la secretaria de estado para las victimas. Está todo centralizado en el ministerio de justicia y nada se resuelve. Todo esto no es más que comunicación”, dijo furioso.

El presidente Emmanuel Macron decidió dar una imagen republicana, todos unidos. El, su ministro del interior, el ex presidente Hollande, Bernard Cazeneuve y el entonces premier Manuel Valls. Pero será su última conmemoración.Nadie sabe como va a ser el homenaje en los próximos años el 13 de noviembre del 2015 para mostrar la presencia del estado, la solidaridad, el rechazo a la permanente amenaza terrorista, sin que se convierta en una nueva tortura para los sobrevivientes y los familiares de los muertos. Por ahora es una experiencia traumática para ellos.

The Eagles of Death, la banda que tocaba cuando comenzó el ataque al Bataclan, volvieron a París para esta conmemoración y lo hicieron cantando. En medio de la emoción dieron un concierto en la alcaldía del barrio, muy cerca donde vive su nuevo vecino, el presidente Francois Hollande, para los que pudieron presenciar de cerca la ceremonia oficial.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here