Pasajero 45: el tripulante que se bajó y no completó el recorrido con el ARA San Juan

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Su nombre estaba en el listado de pasajeros que zarpó desde Mar del Plata a Ushuaia. Cuando comenzaron a circular quiénes eran los tripulantes a bordo del submarino, él aparecía. Los medios de Jujuy -su provincia natal- así lo informaron y en las redes sociales le llegaban mensajes de aliento y cadenas de oración. Pero Humberto René Vilte, «Beto», no está a bordo del ARA San Juan. 

Aunque es oriundo del norte, Vilte vive en Mar del Plata, en donde se encuentra en este momento contenido por sus compañeros y familiares. Aún no salió a hablar públicamente, ni siquiera para desmentir la noticia de que era uno de los 44 desaparecidos. No estando a bordo, se siente igual de afectado: estuvo a un paso de subirse y que hoy no se supiera su paradero.

Según pudo reconstruir Infobae, el «pasajero 45» llegó hasta Tierra del Fuego y allíse enteró de que su madre había sufrido un problema de salud por el que tuvo que ser internada en Jujuy. Estaba grave. Inmediatamente, «Beto» pidió permiso para excusarse de la misión y que lo dejen irse a la provincia norteña. Se lo concedieron y le pagaron el traslado. Vilte viajó a asistir a su progenitora sin imaginar lo que sucedería.

Estando en Jujuy se enteró de la tragedia. Sus compañeros, sus amigos, estaban extraviados. No había noticias del submarino ARA San Juan que él mismo había abordado horas antes. Las especulaciones y versiones crecían, pero las certezas eran muy pocas. Vilte viajó de nuevo a Mar del Plata, esta vez acompañado por familiares de los tripulantes jujeños, ocho en total. 

Humberto, hincha de River, cursó la secundaria en la Escuela Nacional N°3 de Jujuy y luego entró a la Escuela de Submarinos y Buceo. No pasó mucho tiempo para que comenzara su servicio en la Armada Argentina y se integrara a la tripulación del submarino que hoy más de siete países buscan en el fondo del mar.

Este medio pudo confirmar que hubo otros oficiales en la lista original pero que finalmente no embarcaron o descendieron en Ushuaia. Serían el teniente de fragata Juan Gabriel Viana y el suboficial Ramiro Adalberto Pérez. 

Durante días el número de pasajeros fue una incógnita. Primero se concluyó que eran 38 por la cantidad de camas que tiene el submarino. Pero luego la Armada confirmó los 44. Su vocero, Enrique Balbi, desplazó las dudas y le puso claridad a los interrogantes que surgieron en las extensas jornadas de búsqueda.

«Si bien tiene 38 camas el submarino, han navegado en patrullas prolongadas hasta 50 personas, porque tiene previsto embarcar una dotación complementaria. Se arman camas en el compartimiento de torpedos. Eso mejora el relevo para evitar el cansancio y la falla humana», explicó en el final del día más triste para los familiares de los tripulantes.

Mientras el mundo se hace eco de la noticia y la Argentina transita días de estupor, un ejército conformado por hombres y mujeres de diferentes países buscan el submarino ARA San Juan. El que tiene a 44 marinos argentinos en su interior. El mismo al que el «pasajero 45» no se pudo subir el día que vio a sus compañeros por última vez y que decidió volar a Jujuy. Humberto Vilte hoy tiene los pies sobre la tierra y su corazón perdido en el mar.

Marcos Shaw con colaboración de Alejo Santander/Infobae

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