La denuncia de siete jóvenes contra un profesor que daba un taller teatral en el Centro Cultural Sábato, de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA generó un enorme escándalo en la comunidad educativa de Buenos Aires.
Las supuestas víctimas detallaron cómo el hombre las condujo a una suerte de secta y al cabo de más de un año protagonizó abusos sexuales con ellas, muchas de las cuales en su momento eran menores de edad.
Manipulación psicológica, actos sexuales de los más íntimos y un proceso de marginación absoluta respecto del resto de sus vidas fueron algunos de los factores que, según las estudiantes, el docente Leonardo Bugliani cometió sobre ellas.
La noticia salió a la luz en una extensa historia en el diario Página 12 y durante el martes, una de las víctimas brindó su duro testimonio con el periodista Reynaldo Sietecase en Radio Con Vos.
La joven, que se presentó bajo el nombre de Sofía, detalló cómo se introdujo en el mundo siniestro de Bugliani y lo difícil que fue poder escapar a la «secta» en la que se habían visto involucradas.
El inicio de la historia de la joven se dio cuando acudió a un espacio cultural extracurricular (que definitivamente no tenía relación con el programa de clases dictadas en la UBA) llamado Ágora Teatral.
«Estos hechos comenzaron en el 2015, cuando estaba cursando mi último año de la secundaria. Fue ahí cuando conocí a esta persona y a este espacio del aura teatral. Y duró hasta noviembre del año pasado (…) era una espacio que fue armando con el tiempo de los años, se llamó Laboratorio Cultura, después Ágora Cultural y después se llamó el Ágora Teatral», relató Sofía.
Y continuó: «Era un espacio vivencial en el cual él planteaba un espacio de debate donde lo que hacía era bajarte línea con la cosmovisión que él tenía y sus creencias existenciales de que todos vivimos en una «matrix» y había que despertar de eso. Planteando ese panorama de evolución humana, se vivió una parte vivencial en la cual en la mayoría de los casos no fueron ejercicios teatrales sino que comenzaron siendo ejercicios de sensibilización: planteaban un contacto y a medida que fue pasando el tiempo fue derivando en caricias, besos, etc. Eso pasaba sólo en el centro cultural».
La primera fase de la estrategia de Bugliani, de acuerdo al relato de las denunciantes, ocurría exclusivamente en el centro cultural y consistía básicamente en destruir su vida social actual, presentarla como una pesadilla y asumirse a sí mismo como una suerte de salvador. Una vez que lograba captar la confianza plena de las chicas, se daba lugar a la segunda fase de la estrategia, que ocurriría directamente dentro de su casa.
Durante esa etapa, las jóvenes desarrollaban la llamada La Logia Dionisíaca o Experiencia Dionisíaca Profunda, que estaba compuesta casi de manera íntegra por contenidos y actos sexuales.
«No voy a entrar en detalles, pero sí voy a decir que hubo violaciones», afirmó Sofía.
La pesadilla duró para la mayoría de las jóvenes más de un año. Asimismo, el vínculo entre ellas y el profesor comenzó a quebrarse después de que una recogiera el coraje para abandonar el grupo.
«Cuando se fue la primera de las chicas fue una experiencia traumática. Ella logró hacer su proceso para salir del Ágora y lo que hizo Leonardo fue generar una separación entre nosotras. Nos dijo que ella estaba traicionando al espacio, a sí misma, a su evolución y a todas esas cosas que decía y con las cuales nos llenaba la cabeza. Nos hizo separarnos de ella durante seis meses y de todos modos, mientras estábamos en el espacio, él generaba una división tan grande y un nivel de secretismo donde yo no les contaba a mis compañeras las cosas que me estaba sucediendo o los niveles de abuso que estaba sufriendo», afirmó a Radio Con Vos.
Y agregó: «Lo que hacía era eso, manejar con estructuras, grupos y núcleos y a raíz de eso nos iba separando. Nosotras pudimos aunar todas las experiencias y contar lo que nos había sucedido una vez estando fuera del espacio».
Desde la salida de la primera de las chicas hasta la última transcurrieron seis meses. Todas ellas reunieron sus testimonios y, junto a sus padres, buscaron los mecanismos para poder denunciar al profesor de teatro.
Así, una madre se acercó al Centro Cultural Sábato para comentar lo sucedido y el espacio le cerró las puertas de inmediato a Bugliani. Mientras tanto, las jóvenes se pusieron en contacto con el Centro de Atención de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, que los derivó de inmediato a la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) para realizar la denuncia.
«El proceso fue muy largo para poder salir de la secta porque todas estábamos muy implicadas. La situación fue de una manipulación muy grande a lo largo del tiempo. Él se agarró de nuestras vulnerabilidades, nuestras identidades, para vaciar nuestro contenido humano e implantar sus deseos, paradigmas y lo que él pensaba. El nos llenó la cabeza todo el tiempo para agarrarnos de eso y derivar en abusos sexuales contra nosotras», relató Sofía.
Según explicó la joven, en las últimas horas se contactaron con ellas mujeres que acudieron a los cursos de Bugliani entre 2008 y 2009. Esas nuevas chicas admitieron ser víctimas de un proceso de abuso psicológico pero, hasta el momento, ninguna hizo referencia a abusos sexuales por parte del docente.
En tanto, la causa quedó en manos de la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional N° 9, a cargo de Martín Niklison, quien ordenó un allanamiento en el departamento del docente. Allí se secuestró «material informático» que está siendo analizado por peritos.
