«Algunos consejos de vida de Hol». Con ese título la familia de Holly Butcher, una australiana de 27 años que murió el miércoles de cáncer, publicó una carta que la chica había dejado escrita para que sus seres queridos compartieran cuando muriera.
Holly decidió contarle al mundo lo que aprendió hace un año, cuando se enteró que le quedaba poco tiempo de vida. “Tengo 27 años, no me quiero ir. Amo mi vida. Soy feliz”, escribió.
La carta se viralizó rápidamente y alcanzó más de 10.000 likes, 2.300 comentarios y 8.000 compartidos antes de llegar a los medios. Según informó el sitio Daily Mail, la joven sufría de cáncer de huesos.
Algunas de sus reflexiones
-La vida es frágil, preciosa e impredecible y cada día es un regalo, no derecho adquirido.
-Solo quiero que la gente deje de preocuparse tanto por las tensiones pequeñas e insignificantes. Hacé lo que puedas para que tu tiempo se sienta digno y grandioso.
-Salí afuera y respirá aire profundamente hasta lo más profundo de tus pulmones. Mirá qué azul es el cielo y qué tan verdes son los árboles. Pensá en lo afortunado que sos de poder hacer eso: respirar.
-Es posible que te hayas quedado atrapado en el tráfico o hayas dormido mal porque tus hijos te mantuvieron despierto, o que tu peluquero te haya cortado el pelo muy corto. Dejá que toda esa mierda se vaya. Te juro que no vas a pensar en esas cosas cuando sea tu turno de irte. Veo mi cuerpo perderse delante de mis ojos, no puedo hacer nada con eso y lo único que quiero es poder tener un cumpleaños o una Navidad más con mi familia. O simplemente un día más con mi novio y mi perro. Sólo uno más.
-Apreciá tu buena salud y tu cuerpo en funcionamiento, incluso si no tiene el tamaño ideal. Cuidalo y aceptá lo increíble que es. Movelo y alimentalo con productos frescos, pero no te obsesiones con eso.
-Sé agradecido por cada día que no tenés dolor e incluso por los días en los que te sentís mal porque tenés gripe, una lesión en la espalda o un tobillo torcido. Aceptá que es una mierda, pero agradecé que eso no ponga en peligro tu vida.
-Dar, dar, dar. Es cierto que ganas más felicidad cuando hacés cosas por otros que haciéndolas por vos mismo. Desearía haber hecho esto más.
-Valorá el tiempo con otras personas. Apreciá que tus amigos quieran compartir su tiempo con vos.
-Abrazá a tu perro. Por lejos, voy a extrañar eso.
-Trabajá para vivir, no vivas para trabajar.
-En serio, hacé lo que haga que tu corazón se sienta feliz.
-Comé torta. Sin culpas.
-No te sientas presionado a hacer lo que otras personas podrían pensar que es una vida satisfactoria. Es posible que desees una vida mediocre y eso está muy bien.
-Recordá que si algo te hace sentir mal tenés el poder de cambiarlo: en el trabajo o en el amor, o en lo que sea. Tené las agallas para cambiar.