«Al poner el blanco en líderes religiosos, que promueven la paz y ofrecen esperanza para los creyentes, el régimen sigue mostrando que sólo se preocupa de preservar su propio poder y que nada le importan los derechos humanos básicos y el bienestar de sus ciudadanos», dijo Haley en un comunicado.
Según la diplomática, «el reinado de violencia, represión, corrupción y bancarrota de Maduro continúa castigando a los venezolanos» y EEUU seguirá apoyando a la población «en su lucha para restaurar su democracia frente a un brutal dictador».
Esta semana, el presidente de Venezuela pidió investigar si una homilía celebrada el pasado domingo en el estado de Lara (oeste), en la que se habló sobre la corrupción en el país, constituyó un «delito de odio» por parte de los sacerdotes.
Maduro, que se refirió a los religiosos como «diablos con sotana», emplazó al fiscal general, al defensor del pueblo, al contralor general y al presidente del Tribunal Supremo a atender esta denuncia.
El obispo de San Felipe (centro-oeste), Victor Hugo Basabe, pidió este domingo a la Divina Pastora librar a Venezuela de «la peste» de la corrupción política que, dijo, llevó al país «a la ruina moral, económica y social» tras la procesión con la que se celebró en Santa Rosa (centro) el 162 aniversario de su aparición.
El religioso aseguró entre aplausos que quienes «están empeñados en no entender que la causa fundamental de los males de Venezuela está en la persistencia en un modelo económico, político y social negador de Dios y por ende de la dignidad humana» se encuentran en el «camino de la maldición».