The Wall Street Journal: «Los peronistas esperan terminar prematuramente la presidencia de Mauricio Macri; bien podrían lograrlo»

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The Wall Street Journal (WSJ) ofreció un análisis de la tensión política entre el peronismo, incluido el kirchnerismo, y el gobierno, a la luz de coyuntura económica del país: «[El presidente Mauricio] Macri ha prometido recortar el gasto público. Pero sin mayorías en el Congreso, ha encarado un enfoque gradualista. Imagina que lo hace en nombre de la prudencia, pero en realidad está jugando con fuego».

La conclusión del análisis de la columnista Mary Anastasia O’Grady presenta el artículo: «La inflación acecha a Macri en Argentina. Los peronistas esperan terminar su presidencia prematuramente. Bien podrían lograrlo».

WSJ analizó la situación económica a la luz del próximo paro del sindicalismo porque «alimenta las expectativas inflacionarias». Si bien el «gran examen» será la negociación de aumentos salariales a los docentes, en marzo, el próximo paro nacional es un anticipo de ese momento decisivo. «Los militantes sindicalistas —los votantes más importantes de [Cristina] Kirchner— han organizado una movilización en todo el país para fines de febrero. Esperan paralizar el país, hacer que los salarios equiparen la inflación actual, sofocar los planes políticos de Macri y agregar su nombre a la lista peronista de presidentes de mandato interrumpido».

O’Grady traza una breve historia de la inestabilidad política en la Casa Rosada: el último presidente no-peronista que terminó su mandato fue Marcelo T. de Alvear en 1928; dos años después comenzó el ciclo de golpes de Estado militares, con la destitución de Hipólito Yrigoyen. Y si bien no hubo más irrupciones armadas luego del golpe de 1976 y la democracia se restableció en 1983, «las crisis económicas forzaron las renuncias tempranas de los únicos dos presidentes no-peronistas elegidos» desde entonces.

«Macri podría romper el hechizo», siguió la autora, «pero no hay certeza de que lo hará, y dado que subestimó la magnitud de los problemas que heredó de la ex presidenta Cristina Kirchner, el argumento a favor de un gobierno más chico ahora requiere un liderazgo aún más audaz».

La magnitud de esos problemas se sintetiza en que «doce años de gobierno de los Kirchner —primero Néstor Kirchner (2003-2007), seguido por su esposa (2007-2015) dejaron a país en la quiebra, tanto institucional como financiera».

O’Grady enumeró: «Los Kirchner encarcelaron a los opositores políticos, confiscaron la propiedad privada, nacionalizaron los negocios, amordazaron a los medios críticos, fomentaron las patotas callejeras, falsificaron las estadísticas gubernamentales y destruyeron la independencia del banco central».

Ahora Macri, para tener éxito, debe mantener su promesa de bajar la inflación y restaurar el crecimiento económico. «En este punto está atrasado y corre el riesgo de que se le acabe el tiempo».

Si bien el desafío en el largo plazo, describió WSJ, es «liberar una economía encadenada por los impuestos altos, la enorme regulación y el proteccionismo comercial», primero Macri debe resolver la situación precaria del presente. «El gasto total del gobierno en los niveles federal, provincial y local, incluido el servicio de la deuda, genera hoy un déficit fiscal abrumador del 8% del producto bruto interno. La inflación cayó al 25% desde el 40%, pero reducirla más requiere una combinación de políticas más audaz».

Un problema extra, señaló O’Grady, es que estas cuestiones económicas están imbricadas con otras, culturales: «tradiciones políticas de populismo profundamente arraigadas; mercantilismo; capitalismo clientelista y un papel desproporcionado del sindicalismo».

Aunque a la coalición de gobierno del presidente, Cambiemos, le fue bien en las elecciones intermedias de 2017, «lo cual significa que el país apoya sus esfuerzos», según el artículo, «Argentina necesita un golpe decisivo contra la inflación. Y también lo necesita la presidencia de Macri para sobrevivir y prosperar».

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