El albergue fue un proyecto ambicioso de Gerardo Montenegro, presidente de la Asociación Atlética Quimsa. Ya se hizo realidad hace varios años y se continúa sumando profesionales santiagueños para la atención permanente de los jugadores juveniles de la entidad. La finalidad es formar grandes profesionales del basquetbol.
En el Área de Nutrición, la licenciada en Nutrición, Lurdes Díaz, se hizo cargo en agosto del 2017, y viene trabajando intensamente con sus colaboradores, para el control de una óptima alimentación y formación de los jugadores, realizando un seguimiento individual. La alimentación que se brinda es personalizada, hipercalórica e hiperprotéica, según lo que se requiere.
Se realizan seis comidas diarias (desayuno, colación, almuerzo, merienda, colación y cena). Se cuenta con personal idóneo que trabaja para que los chicos tengan un servicio de excelencia. En Tareas Mixtas se desempeñan Vanesa Achaval, Lorena Ponce, Karen Farías y Juan Carlos González. Daniel Salvatierra es el cocinero.
Detalles
Cuando se requiera adaptar la alimentación individual a la alimentación de colectividades, aparece la necesidad de administrar los recursos necesarios para que la prestación de servicios de alimentos sea de tal manera que cumpla con las leyes de alimentación y que a la vez permita optimizar los recursos. Sin perder de vista los objetivos que consisten en proporcionar los regímenes alimentarios acordes a las necesidades biológicas, pasicológicas y sociales del individuo.
El servicio que se ofrece es Institucional Convencional. La comida es el vehículo de los principios nutritivos requeridos para alcanzar un estado de nutrición óptimo. Los alimentos son el vínculo social por excelencia. Alrededor de la mesa se celebra, se comparte, se distiende, se reproducen esquemas de poder, se imparten normas, entre otras cosas.
Los comensales ingieren la comida no sólo por un motivo de Salud del Deportista. La hora de la comida tiene un importante componente psicosocial. Se involucran una serie de factores: Los gustos y preferencias; los hábitos alimentarios que se han formado desde la niñez; la intensidad del apetito; la ambientación del comedor; el estado de ánimo; la duración de la pausa para comer; el precio de la comida, entre otros.
De allí que cada comensal deba recibir lo que necesita en relación con sus requerimientos nutricionales y lo que desea desde el punto de vista de sus expectativas personales.
Fuente: Dpto. de prensa de Quimsa