“Hace un mes podía ver. O tal vez debería decir que tenía ambos ojos, pero no me ayudaron a notar lo peligrosa que se había vuelto mi vida”. Así comienza el relato a Cosmopolitan de Kaylee Muthart, una joven de 20 años que se volvió drogadicta y en uno de sus delirios se arrancó ambos ojos usando sus propias manos.
El pasado 6 de febrero, la mujer fue hallada en una iglesia de Carolina del Sur, EE.UU. mientras se quitaba los globos oculares con sus manos luego de consumir metanfetamina. En ese momento, policías debieron socorrerla a la fuerza y trasladarla a un hospital porque no dejaba que nadie se le acercara.
Luego de probar metanfetaminas por primera vez dijo sentirse “más cercana a Dios”.
Entrevistada por People, Muthart reveló qué pasó por su mente durante esa última alucinación con drogas y la extraña conexión que sintió con su fe y con Dios.
“Creí que tenía que sacrificar algo importante por Dios. Me dio miedo, no entendía lo que Dios quería de mí, pero parecía ser correcto que yo lo hiciera”, recordó.
Muthart agregó que “yo estaba feliz de hacerlo, porque tengo un gran corazón. Procedí a arrancar mis ojos con mis manos y a girarlos, luego los tiré y salieron. Le dije al pastor que apareció que rezara por mí, porque quería ver la luz”.
“La vida es más bella ahora, es más bella que cuando estaba drogada. Es un mundo horrible en el que vivimos”, sostuvo la joven de 20 años que ya está en proceso de rehabilitación y ha comenzado a realizar charlas sobre los peligros de las drogas.
San Rafael